domingo, 10 de mayo de 2009

Vajont, presa mortal

En 1961, en el monte Toc, en Italia, se construyó la llamada presa Vajont (por el valle en el que se ubicaba). Era una de las presas más altas del mundo en su época (262 metros de alto). Su construcción fue bastante polémica, con varios accidentes laborales que costaron la vida a varios trabajadores. Pero lo más llamativo fueron los temblores de tierra, deslizamientos y grietas en el suelo que la construcción de la presa empezó a provocar. Estos fenómenos geológicos fueron sistemáticamente ignorados por los ingenieros y políticos de la época, deseosos de construir una obra faraónica.
El 9 de octubre de 1963 se produjo un deslizamiento en la ladera de la montaña (cuya huella aún se puede ver hoy día) de unos 260 millones de metros cúbicos a 80 kilómetros por hora. Toda esa tierra cayó sobre el agua embalsada, provocando que 50 millones de metros cúbicos de agua sobrepasaran la presa en una ola de 250 metros (aunque la presa aguantó y, hoy día, aún permanece en pie, a pesar de no producir casi energía hidroeléctrica). El tsunami fue arrasando las localidades (algunas desaparecieron para siempre) por las que pasaba, las cuales eran arrasadas previamente por el aire que desplazaba la ola. Fallecieron entre 1.000 y 2.000 personas.
Esta es la tragedia real que narra la película Vajont, presa mortal, una producción italo-francesa protagonizada por Michel Serrault, Daniel Auteuil, Laura Morante y Jorge Perugorría. En Europa se hacen pocas películas de catástrofes (salvo en Alemania, que últimamente están copiando mucho del cine estadounidense) y es algo que se nota en esta producción.
Sin embargo, ya sólo para recordarnos esta tragedia, y otras similares, que podría haberse evitado si imperase el sentido común y se dejase a un lado los intereses patriótico-políticos, merece un voto de confianza. Porque este tipo de tragedias evitables, desgraciadamente, seguirán ocurriendo; en Italia, en Argentina, en España o en cualquier parte del mundo.

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