sábado, 9 de mayo de 2009

Los limoneros

Los limoneros es una película israelí que demuestra que un conflicto tan difícil de entender como el palestino-israelí se puede contar de forma sencilla. Y también, que la solución, evidentemente, pasa porque ambas partes se acepten mutuamente.
Toma como ejemplo una historia anónima y surrealista (pero también muy realista, porque esta película está basada en hechos reales). Nos traslada a una zona en que Israel y Palestina están separados tan solo por una alambrada que, en breve, será sustituida por muro que está cercando el territorio palestino (eso que en Berlín llamaban "Muro de la Vergüenza"; es curioso cómo siempre la Historia se repite). El ministro de Defensa israelí se traslada a vivir a una casa justo en esa frontera. Pero al otro lado, en el lado palestino, hay un campo de limoneros y el ministro teme que un terrorista pueda esconderse en él y atacar desde allí a él o a su familia, por lo que ordena talarlos. Pero la dueña de los limoneros no se quedará de brazos cruzados y tratará por todos los medios de evitar la tala. Su lucha llegará a acaparar la atención internacional. Además, la mujer del ministro empezará a sentir empatía hacia la palestina que sólo trata de proteger su único sustento: los limones.
La película nos muestra la difícil convivencia entre unos y otros, pero como he dicho más arriba, también ofrece una solución: "Nadie ha solucionado en dos mil años este conflicto", dice el ministro, retrocediendo, con razón, más allá de 1948. "Pues ya es hora de que nos sentemos a hablar", le contesta su mujer.
La película tiene momentos distendidos pero, en general, flota un aire pesimista y dramático en toda la película que se resume a la perfección en otra frase de la misma: "Los finales felices sólo ocurren en las películas de Hollywood".
El final, sin duda, es de un impacto visual que resume bastante bien todo lo que hemos visto en la película. Al final, las políticas de los que gobiernan y sus perjuicios (y prejuicios) las pagan (pagamos) los más débiles.
En resumen, un gran ejercicio fílmico que debería ser proyectado cada vez que se celebra una conferencia de paz sobre este conflicto. Quien tenga conciencia y sea humano, esta película le cambiará la forma de ver el conflicto palestino-israelí.

2 comentarios:

Paco Becerro dijo...

Me hablaron genial de esta película hace unos días, casualmente.

Ya me apetece, sí.

A ver si la encuentro.

Saludos.

Kurtz dijo...

Desde luego, es muy recomendable. Espero que te guste.
Saludos.