Ayer se celebraron elecciones en España. En realidad fue un proceso interno de los curas para elegir al presidente de la Conferencia Episcopal. Ha salido vencedor Rouco Varela (el que nunca dejó el cargo, en realidad).
Y ha perdido Ricardo Blázquez, el llamado moderado (si es que esta palabra se puede aplicar a alguien de la alta jerarquía eclesiástica).
Y es que, la Iglesia también se está preparando para la victoria de Zapatero el próximo domingo. ¿Quién mejor para meter caña que alguien como Rouco Varela? Saben que con Zapatero al frente del Gobierno van a conseguir más bien poco (menos deberían conseguir).
No como en la Comunidad Valenciana, donde Camps paga a sus amistades aunque estén endeudados hasta las cejas. Lo hizo con la entidad que les era afín (FAVCOVSA) y que creó el PSD (Partido Social Demócrata) para robar votos al PSPV, a los que pagaron 6 millones y que ahora deben, oficialmente, 217.000 euros de unos cursillos de formación sin justificar. Pero más sangrante es el idilio Camps-Garcia Gasco. La paralización de la construcción de un centro ecuménico en Oliva (Valencia), nos ha costado a los valencian@s 4,8 millones de euros. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, ha criticado en una reciente sentencia el proceder de García Gasco en este asunto "por incumplimiento de contrato". La misma sentencia, a la que cabe un último recurso, obliga a la iglesia católica a devolver los terrenos que debían acoger el edificio religioso al ayuntamiento de Oliva, tal y como lo aprobó un pleno municipal, en marzo de 2006, al constatar que la obra religiosa no iba hacia adelante. Por cierto, que la primera piedra del frustrado templo ecuménico la bendijo el anterior Papa Juan Pablo II. Se la llevó en mano, Eduardo Zaplana, en una visita al Vaticano. Fue depositada en los cimientos del solar donde iba destinado monumento, el 5 de diciembre de 1999, por el cardenal Edward Idris Cassidy, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos. Así consta todavía en una placa que permanece en pie, en mitad de las obras abandonadas.
Claro que si no, sacan el dinero de donde sea, como ha pasado con la herencia millonaria de María Catalina Nadal. Su familia dejó una gran herencia en el municipio valenciano de Ontinyent, confiando su gestión al entonces obispo de Mallorca Teodor Úbeda, un progresista cercano a la línea de Tarancón. Ahora, 30 años después, las desorbitadas cifras que dejaron continúan siendo motivo de controversia: presionado por la Conferencia Episcopal, Úbeda dejó en manos de una empresa privada la gestión de la herencia. La empresa entró en quiebra y el Arzobispado de Valencia se hizo cargo del dinero sin cumplir con los deseos de la familia recogidos en el testamento. Los beneficiados reclaman ahora su parte.
("El chollo se nos viene abajo", parece estar diciéndole Camps a su amigote García Gasco).No lo dudemos, si gana Rajoy, lo de Camps será una tónica habitual en España. Ya dijo Rajoy que quiere exportar el modelo de política de Camps. Y eso incluye en el lote fotos como ésta:
Cambiad a Camps por Rajoy y a García Gasco por Rouco Varela y tendréis una idea de la política que nos espera en el futuro como gane el PP.
PD: No sé por qué, pero dudaba entre colgarle a este post la categoría de "Política" o "Religión" (no me gusta ponerle más de una etiqueta a los posts; manías mías). Al final, me he decantado por la segunda.