Fórmula 1

Sin duda, el GP de Europa que se celebra en Valencia ciudad (teniendo un circuito alabado por pilotos y aficionados a unos pocos kilómetros de Valencia, en Cheste) fue una de las grandes apuestas publicitarias de la ciudad. Y como todas, estuvo llena de irregularidades. Incluso alguna llegó a ser investigada por la Unión Europea.
Las obras que se realizaron para montar el circuito (en tiempo récord), por ejemplo, son una clara muestra. Así, no se realizaron estudios de impacto ambiental e impacto sonoro, cosa obligatoria en la construcción de circuitos y más si son urbanos (hubo muchas protestas contra el ruido del circuito por parte de los vecinos, protestas silenciadas por Canal 9 y la mayor parte de medios de comunicación españoles). La razón de que no se hicieran estos estudios de impacto se debe a que las obras se catalogaron como mejoras para los barrios afectados por el circuito. Tampoco se hizo un mapa del ruido, como es evidente; algo obligatorio según la normativa de la UE.
Y a la hora de construir no se quedaron cortos, sin respetar zonas verdes y ocupando desagües declarados zonas inundables. Eso sí, las zonas degradadas continuaron degradadas. Pero para que los señoritos ricos no lo notasen, se cubrieron esos edificios con lonas y se puso hierba artificial en los solares.
Total, que para lo único que sirvió la Fórmula 1 fue para enriquecer a los de siempre, las constructoras, gracias al nuevo PAI de El Grao. Porque, a pesar de las manipulaciones de datos,600 millones no vieron la carrera en sus televisores.