miércoles, 4 de febrero de 2009

Ciudad de las Artes y las Ciencias

El complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia es, posiblemente hoy día, uno de los lugres más representativos de la nueva Valencia. El proyecto le fue encargado en 1993 a Calatrava por el todavía Gobierno socialista. Pero la llegada al poder del PP en 1995 modificó todo el proyecto. Además, aquí tampoco podía faltar cuentas irregularidades, en este caso de CACSA (Ciudad de las Artes y las Ciencias, SA), empresa pública que gestiona la explotación de este complejo.
La principal irregularidad que uno puede detectar es referente a los sobrecostes. Para empezar, el proyecto se presupuestó en 284,2 millones de euros. Actualmente, se calcula el gasto en 1.139 millones (mas del 300% de lo presupuestado inicialmente), según datos oficiales. Eso sin contar los 200 millones que ha costado el Oceanogràfic, el puente de l'Assut de l'Or (recién acabado, y con tornillos que se desprendían, aunque no "hay ningún peligro"), y el futuro Ágora (que albergará el Open de tenis y después ya veremos). El sueldo de Calatrava, también en cifras oficiales, sería algo más de 70 millones.
Todo este complejo se construyó deprisa y corriendo. De hecho, los edificios fueron inaugurados dos o tres veces. De hecho, recuerdo con vergüenza ajena, al príncipe Felipe inaugurando el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe cuando el edificio aún estaba sin terminar (y cuando digo "sin terminar", me refiero a que sólo se había construido la estructura exterior). Todo esto ha llevado a una construcción chapucera y llena de deficiencias, lo que ha contribuido a los sobrecostes. Sobretodo, los principales problemas se han debido a goteras que han provocado, por ejemplo, que el proyector del Hemisfèric se estropeas y se anulen las sesiones porque no había otro. En el antes mencionado Museo de las Ciencias, en sus primeros días, los científicos jugaban a encontrar más errores en el material que se exhibía.
Pero si hay un edificio que bata récords de sobrecoste es el Palau de les Arts Reina Sofía, un lugar donde podrás escuchar ópera al módico precio de la donación de tu riñón, aunque te toque un asiento ciego (que dicen que hay unos cuantos). También aquí las goteras hacen estragos. El derrumbe de parte de un escenario, la insonorización del techo o los daños provocados por una inundación han sido algunas de las remodelaciones más importantes que ha sufrido el edificio desde que se abriera al público. Y todo esto, por supuesto, se paga con el dinero de todos los valencianos y valencianas.
Por cierto, me gustaría saber cuanto cobra realmente Calatrava y cuanto se lleva en comisiones. Todas sus obras, en Valencia o en el extranjero, acumulan sobrecostes astronómicos. Pero sólo fuera de Valencia, se hacen esa pregunta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo estuve hace dos semanas en el Reina Sofía viendo una zarzuela, no es q venderia mi riñon, si no q entramos gratuitamente con el Instituto de F.P., total, el recinto es pequeñisimo, los asientos ciegos como tu dices, existen, pero tambien los sordos, por q la sonoridad es pesima en comparación con el Palau. El acceso al Reina sofía es pesimo, nosotros ibamos con una compañera q esta embarazada, y temiamos q del esfuerzo se pusiera de parto, dudo ni siquiera q este pensando para gente mayor o gente con dificultades. Si ya por fuera me parecia algo horroroso, el conocerlo por dentro no ha cambiado mi parecer. El Hemisferic mas de los mismo, asi como el museo Principe Felipe, mucho edificio para tan poca ciencia. Y ya ni te cuento cuando fui a ver el Oceanografic, no me gusto nada, aun estoy intentandole buscar la lógica a la distribución q vi. Y diras, pues si q te has dejado dinero en visitar todo esto, pues no, si he ido es unicamente por q no e pagado por ello jajajaj.

Kurtz dijo...

Yo reconozco que el Oceanogràfic me gustó. Aunque es cierto que la distribución deja mucho que desear.
En cuanto al acceso al Reina Sofía y deficiencias similares, eso me parece que es propio de las construcciones de Calatrava, el cual debe pensar que no existen los discapacitados (que se lo digan a los venecianos).
Ya se sabe: los ricos son guapos y están "completos".