martes, 28 de junio de 2016

Todos los que están pringados

Ya se están dando los primeros pasos hacia la Gran Coalición: PP, PSOE y Ciudadanos se han unido para impedir que el ministro de Interior dé explicaciones sobre las grabaciones en las que aparece conspirando contra los partidos independentistas catalanes junto al jefe de la Oficina Antifraude catalana.
Que los tres partidos se unan para tapar este asunto no es una sorpresa. Ya se señaló que Albert Rivera también se habría reunido con el de Antifraude con las mismas intenciones que el ministro. Y desde los socialistas catalanes se advertía a Pedro Sánchez que no hiciera mucha sangre con las grabaciones, pues el antiguo tripartito catalán también podría verse salpicado.
Ese es el futuro que le ha quedado a España: ser gobernada por corruptos.

lunes, 27 de junio de 2016

España ama a sus corruptos




"En España el mérito no se premia, se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo". (Ramón María del Valle-Inclán).

Ayer España volvió a votar y los resultados fueron los de la imagen. Victoria aplastante del PP, un megatsunami azul más grande incluso que el de 2011. Tan solo se ha cambiado la tónica general en Euskadi y Cataluña, donde la opción mayoritaria ha sido Unidos Podemos, seguidos de los independentistas.
La película Balada triste de trompeta, de Álex de la Iglesia contaba la historia de dos payasos de circo enamorados de una trapecista en la España franquista. La trapecista era pareja de uno de los dos payasos, un hombre violento. A ella le gusta el otro, modosito y que la trata bien y la respeta, pero siempre acaba en los brazos del violento. Al final, ATENCIÓN, SPOILER, en medio de la lucha entre ambos payasos, ella acaba muriendo. FIN DEL SPOILER. Esta película siempre me ha parecido una metáfora perfecta de España. España, esa trapecista, siempre ansía paz y respeto pero siempre acaba eligiendo la opción que más la daña. Ayer, España volvió a hacerlo. A pesar de que Rajoy ha demostrado ser un inútil (su mala gestión ha hecho aumentar la desigualdad social) y un corrupto (permisivo con la corrupción), incluso a pesar de las grabaciones de su ministro de Interior en las que conspiraba para inventarse trapos sucios sobre rivales políticos, a pesar de todo esto, España le da una mayoría que no merece.

-PP: El PP es el gran triunfador. A pesar de la mala gestión y la corrupción, no solo han ganado si no que son el único partido que crece en votos. Y qué subida. Posiblemente mucho de este ascenso se deba a la bajada de Ciudadanos y, en menor medida, del PSOE. Lo más probable será que el PP gobierne con la abstención cómplice del PSOE. Que lo haga Rajoy está por ver, aunque también es bastante probable.

-PSOE: Los socialistas también andan dando palmas con las orejas. Celebran seguir siendo los segundos. Temían demasiado a Unidos Podemos. Tanto es así que Susana Díaz dice que no se ha producido el sorpasso. Y no, Unidos Podemos no ha hecho el sorpasso, pero parece que Díaz no ve el sorpasso que le ha hecho el PP en Andalucía. Lo cierto es que el PSOE sigue en caída libre. Perdió cinco escaños en relación a las elecciones de diciembre y vuelve a superar su peor resultado, demostrando no tener fondo. Y aún lo celebran. El PSOE no hace nada de autocrítica y prefiere echarle las culpas de todos los males a Pablo Iglesias.

-Unidos Podemos: Unidos Podemos se ha mantenido dentro del mismo margen. La unión con Izquierda Unida no ha servido para aumentar y convertirse en la fuerza hegemónica de la izquierda como aspiraban. La abstención (sobre todo entre la vieja guardia de Izquierda Unida), junto a los fallos de la campaña y comunicación, son responsables. Tampoco han sabido defenderse de la campaña del miedo que han hecho los tres partidos principales contra ellos. Además, se creyó en el triunfalismo de las encuestas, produciéndose el mismo efecto que con Ciudadanos en las anteriores elecciones (algo que ya advertí). Ahora toca analizar, hacer autocrítica y corregir errores. Sin embargo, consolidar cinco millones de votos en dos años no debe verse como un fracaso. El camino se hace al andar.

-Ciudadanos: Ciudadanos se desploma. El resultado es decepcionante para un partido que aspiraba a ser bisagra. De momento, el PP parece que puede prescindir de una muleta y el electorado de derecha ha vuelto a su partido natural. Se han vuelto tan innecesarios para los pactos que ahora ya dicen que no vetarán a Rajoy, a pesar de repetirlo hasta la saciedad en campaña.

Mi conclusión final es que estamos en la misma situación que en diciembre, con la salvedad de que el PP está más reforzado y Ciudadanos más hundido. Cualquier cosa puede pasar pero lo más probable es que Rajoy o el PP gobierne en minoría (veremos cuánto dura entonces y cómo le afectará al partido que convierta a Rajoy en presidente) o que en diciembre volvamos a votar.

sábado, 25 de junio de 2016

Reflexionando...

A estas alturas ya debería estar decidido a quién va a votar cada uno. Más fácil debería ser decidir a quién no votar. Aún así, si aún queda algún indeciso, que haga memoria de lo sucedido estos últimos años (y no me refiero solo a los de Rajoy), que examine con detenimiento los comportamientos de cada partido, que lea el programa de cada partido o las principales medidas que se plantean (aunque esto debería haberse hecho hace unas cuantas semanas).
En fin, el futuro de este país de aquí a cuatro años está en juego. Los modelos de país de cada uno están claros. Pensemos y reflexionemos bien cuál preferimos, no vayamos después a arrepentirnos como les está pasando a muchos británicos.

viernes, 24 de junio de 2016

Petición urgente para el domingo

Michael Moore, en uno de sus libros, pedía la intervención de las Naciones Unidas en Estados Unidos debido a la devolución de la democracia en dicho país.
El domingo hay elecciones en España. Creo necesario y urgente que vengan observadores internacionales a vigilar el proceso electoral español. ¿Es fiable un ministro que ha sido pillado conspirando para fabricar trapos sucios contra rivales políticos (Podemos y partidos independentistas catalanes)? ¿Podemos fiarnos de un Gobierno que tantas trabas está poniendo al voto extranjero? ¿Es fiable un ministro que envía a la policía sin orden judicial a la sede de un periódico a requisar las pruebas de unas informaciones que han publicado y que afectan a dicho ministro? ¿Es fiable un ministro que dice que un amigo imaginario le ayuda a aparcar?
En una república bananera, con un ministro del Interior tan poco fiable habría observadores internacionales hasta en la sopa. Hasta acuden a un país como Venezuela y avalan sus elecciones.
Este es un llamamiento a la comunidad internacional: España necesita observadores internacionales urgentemente para el domingo. Para velar por la democracia y la limpieza electoral.

Bréxito

Ayer se celebró el referéndum para decidir si Reino Unido se quedaba o no en la Unión Europea (por cierto, los que negaban el referéndum catalán alegando que debía votar toda España, ¿qué opinan de que solo votaran los británicos para decidir si se iban de la Unión?). Contra todo pronóstico, ganó el Brexit, es decir, salir de la Unión.
Realmente Reino Unido ha estado más bien poco dentro de la Unión Europea. Creo que simplemente estaba ahí para dar más caché a la Unión.
Todo el que me lee sabe que mis simpatías por esta Unión Europea son casi nulas. Se nos vendió la idea de una Europa social y de los pueblos y ha resultado ser todo lo contrario. El drama de los refugiados lo demuestra. Por su parte, la crisis económica ha demostrado la debilidad del euro y lo mal planteado que estaba desde el principio. Pero la solución no es marcharse.
La salida del Reino Unido de la Unión no es un éxito de los euroescépticos ni de los movimientos sociales; es un éxito de la ultraderecha antieuropeísta, y como tal lo están celebrando. Curiosamente, la crisis y la inoperancia europea han reforzado a esa ultraderecha. La ultraderecha del odio y la intolerancia es la que está ganando y destruirá Europa. No creo que el Reino Unido le haya pegado una bofetada a Merkel, Rajoy y compañía; se la ha pegado a Europa entera y a la posibilidad de crear una Europa realmente social.
Ya por último me gustaría destacar la bajeza de los políticos españoles. Por un lado, PedroSSánchez, del PSOE, afirmando que esto es lo que pasa cuando se consulta a la ciudadanía problemas que deberían resolver los políticos. Parece que a este socialista ya no le gusta la democracia. Habría que preguntarle qué hacer cuando los políticos no resuelven ese problema. Tanto PSOE, ,como PP, como Ciudadanos han aprovechado para arremeter contra Podemos por el resultado del referéndum, alegando que Podemos defiende la salida de España de la Unión Europea (cosa falsa). Curiosamente, Podemos ha sido el único partido español que envió un representante a apoyar públicamente la permanencia en la Unión. Otros andaban perdidos por Venezuela. Y el último rastrero ha sido Margallo, quien asegura que Gibraltar ahora está más cerca de ser español. Nada, que esto acabará apuntándoselo Vox.

jueves, 23 de junio de 2016

Partido Pinocho




El Partido Popular debería refundarse y cambiarse el nombre por uno más realista. Ya que han dejado de ser populares (en todos los sentidos) propongo que, manteniendo las siglas, ahora se llame Partido Pinocho.
La imagen que encabeza este post está tomada del debate celebrado en TVE hace unos días. En ella, Pablo Casado, del PP, trataba de demostrar que su partido había aumentado el gasto social. Y lo hacía mostrando un gráfico. En el gráfico se ve esa tendencia alcista que, sin embargo, es falsa. Y es que resulta que, tal y como indican las cifras del propio gráfico, en 2014 hubo un importante descenso de dicho gasto.
El PP se ha convertido en el partido de la mentira permanente. Se ríen de nosotros y nos mienten descaradamente. Sin miramientos ni rubor de ningún tipo. Se permite el lujo de mentir en directo incluso, que para eso TVE es suya y les oculta sus escándalos, como el del ministro que imita a la Gestapo. Todo sea por salvar al inútil e incompetente de Rajoy (la última, ni siquiera sabía que era eso de la Oficina Antifraude).
¿Vamos a dejar que esta pandilla de mentirosos siga gobernando? Miedo me da la respuesta.

miércoles, 22 de junio de 2016

La diplomacia de la derecha

Hace un par de días, miembros del partido ultraderechista Vox hacían un ridículo mayúsculo colocando una bandera española de ocho metros en el Peñón de Gibraltar. Resultado, uno de ellos tuvo que huir a nado y otro, líder del partido en Madrid, fue detenido.
Esa es la diplomacia que se gasta la derecha, la confrontación. Si puede ser a nivel internacional, mejor. Otro ejemplo lo vimos con Albert Rivera viajando a Venezuela. Supuestamente iba a ayudar a mediar en el conflicto político y social del país, pero solo fue a apoyar a la Oposición. ¿Qué forma de mediar es esa en la que el mediador apoya y solo escucha a uno de los dos bandos? Si hasta Zapatero y Margallo tuvieron que intervenir para evitar que la actitud de Rivera derivara en un incidente internacional. Y lo de Rivera es grave, porque se aspira a gobernar. Y en materia internacional ya le veo siguiendo la misma línea que el PP.
Y es que el Gobierno, por ejemplo, tampoco se muestra muy diplomático internacionalmente. El ejemplo de Cuba es muy claro: mientras todos los países abren sus relaciones, España se cruza de brazos y hace como si nada hubiera cambiado.
En fin, como ya he dicho antes, algunos prefieren la confrontación a la diplomacia. Generalmente creen que sus ideas son las mejores. También opinan lo mismo con respecto a su país: el mejor y el superior moral. Y eso, no hace falta que lo diga yo, no es diplomacia.

Marcelo es un fascista

Desconozco si Marcelo, el ángel de la guarda que ayuda al ministro de Interior Jorge Fernández a aparcar (menuda tarea para un ángel de la guarda) también le inspira en su labor política. Si es así, podemos concluir que Marcelo es un fascista.
Ayer saltaba a la luz pública una grabación en la que se escuchaba al ministro con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña. El ministro quería sacar trapos sucios de los independentistas catalanes de ERC y CDC.
El tema es muy serio. Tenemos a un ministro y un Gobierno que se dedican a utilizar recursos públicos para atacar a rivales políticos. Lo triste es que esto es una táctica típica del PP. Juan Cotino ya lo hizo en un debate parlamentario al atacar a Mónica Oltra con información personal. Recientemente hemos conocido datos sobre la utilización de la policía por parte del Gobierno de Rajoy para filtrar informaciones, en ocasiones falsa, sobre Podemos. Todas estas cosas no son propias de una democracia sino más bien de un régimen fascista. Tan fascista como Marcelo.
En realidad, no creo que exista Marcelo. No creo en personajes imaginarios. Marcelo solo existe en la mente del ministro (lo que dice mucho de su salud mental). Por tanto, si Marcelo no existe, ¿quién es el verdadero fascista?

martes, 21 de junio de 2016

Voto robado: cuando España no está para dar lecciones de democracia




Desde hace unos meses, a los españoles se nos ha mostrado el ejemplo de un país dictatorial y antidemocrático: Venezuela. Hasta allí han viajado políticos de todos los pelajes (Gallardón, PP; Felipe González, PSOE;  Albert Rivera, Ciudadanos) para demostrar a los venezolanos cómo deben hacer una democracia. Porque todos sabemos que España es el ejemplo perfecto de democracia.
En las anteriores el Gobierno introdujo, para los que votaban desde el extranjero, el llamado voto rogado, que pronto empezó a llamarse voto robado. El Gobierno, sabedor de que el voto extranjero le perjudica (incluso podría modificar el número de escaños que recibe un partido) decidió endurecer las condiciones para votar desde el extranjero, convirtiéndolo en una carrera de obstáculos burocráticos. El objetivo era que el máximo número de personas desistieran. Un ejemplo muy claro: una española que trabajaba en los territorios franceses en ultramar tenía que trasladarse hasta París para solicitar el voto.
Los valientes que no desisten en su empeño por votar se encuentran con otro problema: las papeletas no llegan correctamente. Por Facebook hay decenas de denuncias como la de la imagen. Falta la papeleta de Unidos Podemos (vaya, qué curioso) y a cambio la de otro partido está repetida (en algunos casos, el PP; en otros UPyD). Y estos problemas llegan prácticamente sin tiempo material para ser solucionados.
Me pregunto cómo España, un país que está dejando sin voz ni voto a muchos de sus compatriotas, puede atreverse a dar lecciones de democracia a otros países. Nuestros políticos deberían mirar menos a Venezuela y más a España.

viernes, 17 de junio de 2016

Que vienen los podemitas

Siempre que se atisba un cambio, el sistema se defiende agitando el avispero del miedo. Estados Unidos, por ejemplo, vive en constante estado de paranoia. Una película que reflejaba muy bien esa paranoia (y la satirizaba) era ¡Que vienen los rusos! , una advertencia consigna propia de los conservadores y paranoicos.
En España, el peligro del rojerío es algo que lleva explotándose con gran éxito desde los tiempos de Franco y su famoso contubernio judeomasónico en el que también entraban los comunistas. Ya en democracia, el gran peligro vino en 1982, cuando Felipe González, como candidato del PSOE, se disponía a ganar las elecciones. Fueron bastantes los que veían con miedo la llegada de un socialista al poder. Habría nacionalizaciones, campos de detención para disidentes, propaganda ideológica por todas partes... Vamos, una dictadura socialista. Incluso el cine patrio no pudo evitar reflejarlo en la película ¡Que vienen los socialistas!. Al final, no hubo ningún peligro para la democracia, no se instauró ninguna dictadura (aunque Felipe González gobernó catorce años), ni hubo nacionalizaciones ni expropiaciones masivas (más bien lo contrario; comenzaron las privatizaciones). Los peligros del PSOE de González vinieron por donde todos sabemos ya.
Ahora pasa lo mismo con Podemos. Aunque los paranoicos no saben muy bien por donde tirar. Unas veces los de Podemos son bolivarianos y chavistas, otras nazis (curioso, no se intenta compararles con Franco), otras antisistema y otras comunistas (se ha resucitado la antigua advertencia de "¡Que vienen los comunistas!". Me hace gracia esta última porque se supone que Podemos a absorbido a Izquierda Unida (los comunistas), pero la amenaza del comunismo parece ser mayor.
En fin, yo quiero tranquilizar a cuantos paranoicos me lean: si gana Podemos no se instaurará ninguna dictadura comunista, no habrá escasez de papel higiénico, ni se quemarán conventos, ni se violarán monjas, ni se romperá España, ni desaparecerán nuestras tradiciones (salvo la de votar a corruptos), ni se arruinará este país (más de lo que ya está). Así que keep calm y a tomarse una tila. Que no pasa nada. Que esto es lo que se llama democracia.

jueves, 16 de junio de 2016

Armas para todos

La matanza en un club gay en Estados Unidos ha levantado reacciones de todo tipo. Uno que tampoco ha podido evitar callarse ha sido Donald Trump, candidato republicano a la Casa Blanca. Según él, si los clientes del club hubieran portado sus propias armas no se hubiera producido una matanza tan grande.
En su documental Fahrenheit 9/11, Michael Moore mostraba imágenes de un programa de televisión. En él, un hombre trataba de vender paracaídas. Su idea era que se colocasen en los pisos superiores de los rascacielos para que la gente pudiera utilizarlos en caso de quese repitiera una situación como la del 11 de septiembre de 2001. El vendedor aseguraba que eran fáciles de poner y para demostrarlo la presentadora intentó ponerse uno. Pues bien, ella tardaba mucho en ponérselo y hasta necesito ayuda. Y eso en condiciones normales, no digamos ya en lo alto de un rascacielos ardiendo por el impacto de un avión. Se demostraba así que una persona que no estaba acostumbrada a usar paracaídas no salvaría tan fácilmente una situación como la planteada (sin contar las dificultades y riesgos que entraña, incluso para saltadores profesionales, el saltar de un rascacielos, recalco otra vez que en condiciones normales).
Volvamos otra vez a la matanza de Orlando e imaginemos qué hubiera pasado si las víctimas hubiesen llevado armas que, en la mayoría de casos, seguramente no estarían acostumbrados a disparar.
Muchos perderían un tiempo valioso intentando desenfundar. En vez de huir, más de uno sería alcanzado sin ni siquiera poder sacar el arma. Los que lo lograran dispararían seguramente sin saber muy bien a quién (recordemos además que estamos en un local en plena madrugada. Mientras el asesino es abatido más de uno caería alcanzado por balas perdidas o por lo que podríamos llamar fuego amigo. Incluso, entre el caos y el nerviosismo algunos supervivientes podrían disparar a otros pensando que disparan al asesino. Y después, cuando llegase la policía, ¿cómo sabrían que la amenaza está neutralizada si tienen ante sí un montón de gente armada? Conclusión: con la idea de Trump seguramente tendríamos más víctimas.
En tiempos de crisis la gente busca soluciones rápidas y sencillas. Recuerdo como tras el atentado en Francia contra Charlie Hebdo la líder ultradetechista Marie Le Pen dijo que debería instaurarse la pena de muerte para el delito de terrorismo. Teniendo en cuenta que la mayoría de yihadistas no están muy preocupados por la muerte, que de hecho la buscanpara cconvertirse en mártires, no creo que les disuada mucho esa pena de muerte.
La ultraderecha ha convertido en arte su aprovechamiento del miedo y esa necesidad de respuestas rápidas. No sé piensa en las consecuencias ni si la solución generará más problemas. Lo que importa es que ofrecen soluciones fáciles que la gente quiere oír. Ese es el secreto del éxito de la ultraderecha. Y también su peligro.

martes, 14 de junio de 2016

Eso que llamaron debate

Ayer se celebró el debate central de la campaña electoral. Debate por llamarlo de alguna forma.
Este "debate" venía precedido por otros. El "debate de mujeres", en el que debatieron mujeres de los cuatros partidos principales, y que demostró ser una fórmula vergonzosa y alejada de ese progresismo igualitario que se trataba de vender; o el cara a cara entre Albert Rivera y Pablo Iglesias en "Salvados", que fue bastante bronco, sabedores ambos de que, ahora sí, son enemigos irreconciliables.
Lo de anoche ya empezaba mal. Tres presentadores para un debate. Sobraban dos. ¿Qué pintaban allí Ana Blanco y Pedro Piqueras? Vicente Vallés puede conducir perfectamente un debate sin necesidad de floreros. Anoche lo demostró. Otra vez.
El resto se puede resumir en que no vimos nada nuevo bajo el sol. Apenas propuestas concretas (en esto sí que destacaron Rivera e Iglesias). Los más vapuleados fueron Rajoy e Iglesias. Uno por ser el presidente del Gobierno y el otro por representar esa paranoia de que vienen los comunistas. Iglesias, eso sí, supo recuperarse.
Por candidatos, creo que Rajoy estuvo en su línea, en su país feliz e imaginario. Creo que aún está arrepintiéndose de haber salido del plasma.
Sánchez fue el disco rayado de la noche. Cada vez que intervenía aprovechaba para decir que Iglesias votó con Rajoy para impedir que él fuera presidente. Lo repitió tantas veces que en Internet se convirtió en objeto de mofa. Para mí, esa insistencia machacona demuestra su pobreza de argumentario y el miedo a perder la hegemonía del liderazgo de la izquierda española. No querría yo estar en la piel de Sánchez el día 27.
Rivera se mostró más seguro que otras veces. Eso sí, no pudo evitar tirar de mentiras y medias verdades para atacar a Iglesias, su gran enemigo. Hacia la mitad ya le pudo el nerviosismo y empezó a lanzar acusaciones que solo están en su cabeza y en la de Eduardo Inda. Volvió a tirar de demagogia también, para no perder la costumbre.
Iglesias intentó mostrarse conciliador con el PSOE, aunque Sánchez no hizo caso. Pasó de los ataques de Rivera (excepto de los más graves), y se centró en desmontar a Rajoy, que era lo que deberían haber intentado también los demás con más ahínco.
El debate no sirvió para mucho. Pocos cambiarán su voto y pocos indecisos lo habrán decidido ya. Como siempre quien perdió el debate fuimos los electores.

lunes, 13 de junio de 2016

Lo que esconde la masacre de Orlando: homofobia normalizada y acceso demasiado fácil a las armas

Ayer, un hombre entraba en un club gay de Orlando, en Estados Unidos, y comenzaba a disparar a los allí presentes. Han muerto 50 personas. Es la peor matanza en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001.
Podría pasar por otra de esas masacres que de vez en cuando se producen en dicho país de no ser por una cosa: el asesino es musulmán. Esto ya pasa a mayores y se convierte en un atentado. Y al parecer ha sido reivindicado por Estado Islámico.
Al momento de escribir estas líneas no ha trascendido la vinculación del asesino con el yihadismo, más allá de sus creencias. Es cierto que parece ser que el FBI lo estuvo investigando por temas relacionados con terrorismo. Aún así, el asesino pudo comprar legalmente las armas de la masacre, de forma normal y barata.
Ese es el primer debate que no se aborda en Estados Unidos: el acceso a las armas. ¿Cómo puede un hombre que fue investigado por terrorismo, que tiene un pasado de maltratador y que mostraba signos de radicalidad, comprar como si nada armas? En Estados Unidos cada año se producen varias matanzas por armas de fuego. Desde 2009 no ha habido ningún año sin al menos una matanza. Y sin embargo no se quiere ver que la locura de las armas anda detrás de esas matanzas, igual que ahora en Orlando.
El otro aspecto que subyace de la masacre de Orlando es la homofobia, que sigue instalada en la sociedad. El asesino tenía, según su padre, un fuerte odio contra los homosexuales. De hecho, esta matanza más que ser un atentado al uso de integristas islámicos es un ataque a la comunidad LGTB. Pero a veces no es preciso matar para atacar. El estado de Florida, hasta ayer, prohibía las donaciones de sangre a los homosexuales. Y esto era algo normal. Homofobia institucional, homofobia normalizada. En España tenemos también ejemplos de homofobia normalizada en las palabras de cierto arzobispo, jaleadas y aplaudidas por sus feligreses, sobre los ataques del imperio gay. La única diferencia entre este arzobispo y un imán radical es que el arzobispo señala pero no hace un llamamiento a matar. Porque la sociedad no le deja.
Antes de que se me malinterprete diré que la culpa de la masacre la tiene el propio asesino y los que le han lavado la cabeza. Pero esta matanza también debe hacernos ver la homofobia latente de nuestra sociedad. Hoy lloramos a estas víctimas pero mañana un hashtag homófobo será trending topic en Twitter. Hoy lloramos pero mañana muchos aplaudirán a un arzobispo homófobo. Hoy lloramos pero mañana no protestaremos cuando nuestro país comercie con países que no respetan los derechos de la comunidad LGTB.

miércoles, 8 de junio de 2016

Peligro: valenciano a la vista

Desde hace una semanas se asiste en Valencia a otra de esas estúpidas polémicas con las que la derecha ataca a los ayuntamientos del cambio a falta de problemas reales que atacar. Resulta que el Gobierno de Joan Ribó está colocando señales de circulación escritas solo en valenciano, y no en castellano. Y claro, eso es un gran problemón porque el resto de españoles no saben lo que pone en esos señales (a lo mejor pone una declaración de independencia a favor de los Països Catalans). En Antena 3, incluso, han llegado a decir que las señales podrían provocar accidentes. Ya se sabe que Valenciano estierra de accidentes por culpa de sus rrótulos en valenciano. En serio, si en Valencia se producen accidentes es porque, al igual que en el resto de España, se conduce muy mal.
Yo nací en Pamplona y allí viví durante doce años hasta que me fui a vivir a Valencia. No tuve problemas con el idioma valenciano. Poco a poco lo fui aprendiendo. Hoy en día soy como los perros (y como Alberto Fabra), entiendo el valenciano aunque no lo hablo (me pasa con todos los idiomas que no son el materno, por ejemplo, el inglés). Lo que quiero decir es que hice el esfuerzo de conocerlo, aprenderlo y valorarlo, un esfuerzo que no veo en muchos de los criticaseñales, incluso más de uno valenciano.
Castellanoparlantes, con el corazón en la mano, ¿alguien no entiende estas señales?







Y por último, me pregunto como un castellanoparlante reacciona ante esta señal:


martes, 7 de junio de 2016

Cardenal Cañizares, váyase a la mierda

Como ve, estoy siendo respetuoso: le trato de usted. Ah, ¿que no estoy siendo muy respetuoso? ¿Que le estoy insultando? Bueno, sienta mal probar su propia medicina, ¿eh?
Usted tampoco se mostró respetuoso cuando minimizó los casos de pederastia en la Iglesia comparándolos con el aborto o diciendo que son aireados para no hablar de Dios. Tampoco se mostró muy respetuoso cuando se preguntó si los refugiados eran todos trigo limpio. Vaya palabras para el representante de una institución que dice acoger a todo el mundo y estar al lado de los pobres, de los débiles y de los que sufren.
Tampoco se ha mostrado recientemente muy respetuoso cuando hablaba de los ataques del imperio gay (a saber qué será eso) y llamaba a la desobediencia contra las leyes de igualdad (recibiendo el aplauso, no solo de sus feligreses y feligresas, si no también del PP, que ahora ve bien la desobediencia civil). Y no se ha mostrado muy respetuoso con Ximo Puig y Mónica Oltra, que según usted le recuerdan a Franco. Insulta a los votantes de estos dos representantes del Gobierno valenciano y, de paso, a las víctimas del franquismo. Dudo que Puig y Oltra le recuerden al franquismo;  aún no los he visto desfilar bajo palio.
También dice usted que la Iglesia está siendo perseguida por el nuevo Gobierno valenciano. Supongo que cuesta acostumbrarse a que le sean retirados los inmerecidos privilegios que uno disfruta. Qué tiempos aquellos en que el curita Camps le daba todo a la Universidad Católica (esa que dice que es posible curar la homosexualidad), incluso traspasando la legalidad, o en los que se hacían negocios ilícitos con la visita de un Papa. O en los que usted se negaba a oficiar misas para las víctimas del metro. Ahí mandaba la voz de su amo, supongo.
En fin, vuelvo a ponerme respetuoso: váyase a la mierda, cardenal Cañizares. Y si lo que quiere es dedicarse a la política, váyase al PP, que sospecho que le recibirán con los brazos abiertos. Es como lo de la mierda pero cobrando dinero público y sobresueldos.

miércoles, 1 de junio de 2016

Defendamos a los animales, pero sin sobreactuar

Hace unos días, en Estados Unidos, un niño de cuatro años cayó en el foso de un gorila en un zoológico. El gorila parece que amenazó la vida del niño (otros niegan este punto) y alguien disparó contra el animal hasta abatirlo. Algo parecido ocurrió en Chile unas semanas antes, cuando un suicida se coló en la jaula de los leones de otro zoológico y los responsables de las instalaciones acabaron abatiendo a dos de los leones.
En ambos casos se ha generado un debate sobre si eran necesarias estas muertes para salvar vidas humanas. En el caso de Estados Unidos hay incluso quien pide que se haga a la madre responsable por no haber estado más vigilante con su hijo. Y aquí es donde veo yo la sobreactuación. ¿Quién en su sano juicio puede culpar a la madre? Si un niño es secuestrado en un parque público, ¿culpamos a los padres o al secuestrador?
Soy el primero en defender la libertad de los animales y por eso creo que el debate está errado. Porque el debate no debería dirigirse a culpar al suicida o a la madre del niño; el debate debería ser la idoneidad de los zoológicos. Y ahí creo yo que deberíamos decir que no. Los responsables de las muertes de estos animales son los propietarios de los zoológicos, instalaciones que deberían ser abolidas por anacrónicas y porque no tienen ningún propósito educativo. El resto son histrionismos y sobreactuaciones.