El ladrón que era bueno

Durante la fiesta de celebración por la consecución del Goya, al director Albert Solé, ganador de la estatuilla por su documental Bucarest: la memoria perdida, le robaron dicha estatuilla. El lunes, el Goya "apareció" en la redacción de El Mundo (para honra y orgullo de Pedro J; qué sonriente posaba el joído con la estatuilla). Al parecer, un crítico de cine en paro fue quien se la llevó para protestar contra el "sectarismo" del cine español.
Para empezar, me parece una soberana gilipollez protestar cometiendo un delito. Este hombre tiene todo el derecho del mundo a protestar contra lo que quiera. Pero ¿robar? Este hombre dijo que no pretendía robarla y pretendía devolverla. Entonces, ¿por qué llevarla a la redacción de un periódico? Y no de un periódico cualquiera. Nada más y nada menos que a "El Mundo", que tanta aversión le tiene a los progres terroristas titiriteros actores españoles que se manifestaban contra la guerra de Irak.
¿Sectarismo en el cine español? Pues no sé. Para empezar, hay actores y directores españoles de derechas. Se han estrenado películas en la que los héroes de la historia son curas (La buena nueva, por ejemplo). En ocasiones se la rendido numerosísimos homenajes a Alfredo Landa. Y en la última gala de los Goya, entre las nominadas en diferentes categorías, se encontraban películas como La conjura de El Escorial o Sangre de mayo.
En fin, sinceramente, todo este asunto del Goya desaparecido me ha parecido una tontería. A El Mundo le diría que no siga así, que acabará convertido en una versión impresa de Telecinco (aunque ahora, qué más les da, ¿no?). Y al crítico éste reconvertido en ladrón, la próxima vez no robes el Goya al Mejor Documental. Roba el de Mejor Película. Que los pobres documentalistas no tienen las culpas de tus frustraciones.