Ciudad de la Luz

Ciudad de la Luz SA es la empresa pública, dependiente de la Generalitat valenciana, que se encarga de la gestión del complejo Ciudad de la Luz, unos estudios de cine situados en Alicante. Efectivamente, si hablo en este blog de ella, es porque no es trigo limpio. Desde el 2002 llevan detectándose irregularidades en sus cuentas. Por supuesto, la Generalitat defiende la gestión de esta empresa.
Otra de las irregularidades detectadas es las posibles contrataciones a dedo que se realizaban. Algo muy típico de las empresas públicas valencianas y nada sorprendente (pero igual de indignante que siempre).
A mí, personalmente, me resultó curioso que un Gobierno como el valenciano, al que el cine le preocupa tanto como aguantarse un pedo (pocas ayudas a los jóvenes cineastas, aunque talento no falta; festival Cinema del Mediterrani cada vez más vergonzoso, y este año, cuando se cumple su 30 aniversario, pendiente de un hilo; poca promoción en el extranjero a pesar de que no han faltado oportunidades...), de repente monte un estudio de cine con la intención de convertirlo en un referente a nivel europeo (se llego a hablar del "Hollywood europeo"). Lo cierto es que, al igual que otros megaproyectos como Terra Mítica, este ha sido un fracaso. Ninguna de las películas en ella rodada (nacionales o internacionales) no han tenido éxito ni de crítica ni de público (ridícula la última película de Jean Jacques Annaud). Polanski abandonó su proyecto de rodar Pompeya (abandono que se atribuyó falsamente a la huelga de guionistas) y Woody Allen le dijo que no a Camps cuando fue invitado a rodar allí escenas de su película Vicky Cristina Barcelona (hay una anécdota, que más bien parece leyenda urbana, que habla de que Tarantino fue expulsado de allí de malas maneras). Por no hablar de pelilas como la última de Carlos Saura o Manolete, en eterna postproducción. El único éxito es la serie valenciana L'alqueria blanca, como se encarga de recordarnos cada anuncio de la serie en Canal 9.
Pero claro, el complejo costó mucho dinero y hay que disimular. Y si se maquillan las cuentas, como nadie va a protestar, pues mejor que mejor.