lunes, 23 de agosto de 2010

El insulto como argumento


Cuando en el PP se ponen nerviosos, suelen perder los papeles y cualquier argumento que pudieran tener, y los sustituyen por insultos. Lo hemos visto muchas veces, sobre todo en la Comunidad Valenciana. Y desde luego, el blanco preferido de los insultos han sido los andaluces, comunidad en la que no es de extrañar que no ganen (seguro que éstos no han leído los halagos que Paul Lafargue dedicaba a los andaluces en su libro El derecho a la pereza).
Ante el proceso de primarias que se está abriendo en el PSM, los del PP se han puesto nerviosos por el candidatos que podría surgir de allí contra Esperanza Aguirre en las próximas elecciones.
Por un lado, el diputado del PP de Madrid, Juan Soler, criticaba a Trinidad Jiménez diciendo que "es una candidata floja para Madrid. Su acento la hace más apta para Dos Hermanas o Vélez-Málaga, suena extraña" y "le falta cuajo madrileño". Por otro lado, del candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, el concejal del PP madrileño Ángel Garrido ha dicho que es un "señor de apellido imposible y aspecto de funcionario aburrido".
Como se ve, ambos son argumentos de altura para criticar a los candidatos del otro partido. Por cierto, ¿el PP no era el partido nacional que defendía que todos los españoles, sean de la provincia que sean, son iguales? ¿A qué viene criticar el acento de una persona y decir que no puede presentarse en Madrid con ese acento?
En fin, ojalá este nerviosismo singfique la derrota del PP madrileño (de Valencia mejor ni hablamos).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, es una característica de la derecha más rancia. El inmovilismo. Todo lo que se salga de su rancio y rígido patrón es ridiculizado. Ya sea el acento de cualquier parte de la península que se aleje de Madrid, las costumbres o rasgos propios de cada geografía.

Si eso lo combinas con la ceguera que les impide ver lo que no les encaja, pues ya tienes todo bien armado para ser unos cafres que van pisoteando todo.

Salu2

Kurtz dijo...

Debe ser lo que llaman ser centrista. No se acepta nada que venga de fuera del centro, del centro de España, Madrid, para entendernos.
Saludos.