domingo, 21 de octubre de 2007

Ríos

"Esto no hubiera pasado si se hubiera llevado a cabo el trasvase", Francisco Camps, el año pasado tras el desbordamiento del Ebro que afectó a Navarra, Aragón y Cataluña.

Por esa regla de tres, si se hubiera hecho el trasvase del Ebro, este año la situación de pánico que se ha vivido con las últimas riadas hubiera sido muchísimo más dramática de lo que ha sido.

Y es que, como siempre, el agua sigue siendo objeto de demagogias varias.

En España, por ejemplo, está prohibido construir cerca de los lechos de los ríos. Sin embargo, muchos pueblos se saltan estas restricciones, hasta el punto de que en otros pueblos han paralizado construcciones en antiguos lechos fluviales (ya vemos las dramáticas consecuencias de esta práctica en Biescas).

Además, vivimos en una época en que todas las comunidades quieren blindar sus ríos. Esto debería suponer que las comunidades se encarguen de sus propios ríos, cosa que no hacen. Cuando se produce una crecida, las aguas arrastran toda la suciedad que acumula el río hasta toparse con un puente que hace de presa, obstaculizando el paso del agua. Es lo que ha pasado en, por ejemplo, el río Girona.

Precisamente este año se celebra el 50 aniversario del desbordamiento del Turia en Valencia y el 25 aniversario de la rotura de la presa de Tous. Y parece que en los valencianos no hemos aprendido nada. Los planes de emergencias ante inundaciones no se cumplen, la Comunidad Valenciana hace aguas por todas partes en cuanto llueve...
Por último, cabe preguntarse por qué una catástrofe no alcanza el mismo protagonismo en todas partes.



(Inundación en la Vall d'Ebo)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Resulta increíble que con tantos avances, con tantas inversiones, con tanto politiqueo que se traen unos y otros, al final, cosas tan básicas y fundamentales, como el estar protegidos frente a estas catástrofes, esté tan descuidado.

Saludos.

Kurtz dijo...

A los políticos sólo les interesan sus cosas, es decir, dinero y poder. Lo demás, sólo es una forma de mantenernos entretenidos. Los problemas reales son los que nunca tendrán solución porque entonces, ¿de qué cuento viviría la democracia?
Saludos.