Se llama Vliorel Plesca y tenía 54 años. Era de origen rumano y vivía en un asentamiento de sus compatriotas en el barrio de Malilla, en Valencia. Solía viajar por la ciudad en una bicicleta hasta las puertas del Consum de la calle San Vicente Mártir, donde tocaba un acordeón para ganarse la vida. Muchas veces he pasado yo por allí. Él saludaba a todo el mundo que pasaba a su lado y yo no era una excepción. Pero debido a mis prisas por volver a casa, después de haberme comprado algún caprichito en el centro, haber quedado con mis amigos o después de haber intentado arreglar el mundo desde Juventudes Socialistas, sólo me "permitían" devolverle el saludo.
Esta semana me fijé en que él ya no estaba allí. Y hoy he leído en el periódico que el lunes a las 21:30 (hora a la que suelo pasar por allí, aunque ese día no pasé), este hombre dejó la bicicleta en el borde de la acera, fue a cruzar la calle y un todoterreno le atropelló, matándolo en el acto.
No conocía de nada a este hombre, pero su muerte me ha impactado muchísimo. Aunque sólo cruzase con él discretos "hola", me di cuenta de que una persona que veo todos los días, no la voy a volver a ver.
Quizá nos impacte más la muerte de un actor famoso al que no conocemos, pero a mí, esta semana, me ha impactado más la muerte de alguien a quien no conozco, de alguien cuya muerte será tan anónima como su vida.
jueves, 2 de octubre de 2008
Muerte anónima
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4 comentarios:
Hola Kurtz. Soy una lectora asidua de tu blog, porqué me gusta mucho como escribes y como expresas lo que muchos pensamos. Tienes razón. A mi también me impactan esta clase de historias. Realmente todos somos personas y es triste cuando alguien muere, pero resulta que cuando es alguien famoso al que no conocemos de nada, le damos una importancia mayor, como que todos hablan de lo mismo. Pero que triste es cuando, como tu dices, la muerte de otra persona es tan desconocida o "ignorada" como quizás fue su vida. Realmente da pena.
Me alegro de que te guste mi blog y mi forma de escribir. Eso me alienta a la hora de seguir escribiendo y espero que sigas leyéndome mucho tiempo.
En cuanto al tema de la muerte, siempre he oído decir que la muerte nos hace a todos iguales. Lo triste es que no todas las muertes serán igual de trascendentales.
La verdad es que siempre es impactante la muerte de alguien que conoces, aunque sólo sea de vista o de cruzar un saludo, y tambien es penoso, morir lejos de los tuyos, intentando vivir.
Sí, cuando te acostumbras a cruzarte con esa persona y después, de repente, ya no lo haces, se produce una sensación extraña.
En fin...
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