miércoles, 8 de octubre de 2008

La ultraderecha y su avance en Europa

Lo dicho otras veces, no aprendemos de nuestros errores.
En Austria, la ultraderecha ha logrado un importante aumento en las últimas elecciones celebradas en el país.
En Londres, un capellán ha propuesto tatuar a los homosexuales con frases que adviertan del peligro de ser homosexual.
En Italia, son cada vez más (en especial, en el mundo del fútbol) los que muestran su afinidad a la política de antaño de Mussolini.
España, evidentemente, no está al margen de este fenómeno. Hablando del caso de la Comunidad Valenciana (que, por razones evidentes, es el que más conozco) el objetivo de los grupos de ultraderecha son los dirigentes y militantes nacionalistas del Bloc. La última, durante la celebración del Correllengua en Gandia. En 2007, se contabilizaron un total de 300 agresiones de grupos violentos de ultraderecha, la mayoría dirigidas contra el Bloc.
En fin, noticias preocupantes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por hacerte eco, tú también, de mi creciente preocupación. Sí puede volver a pasar y a la vista está. En España están camuflados en un partido que les sirve de tapadera, aunque últimamente actúan sin ningún tipo de complejos.

Jove Kovic dijo...

Las cosas no se están poniendo mal ahora, las cosas nunca se arreglaron porque la izquierda prefirió mirar hacia el otro lado.

Isabel Barceló Chico dijo...

También a mi me parece que la situación merece una seria reflexión y, sobre todo, acciones rápidas y directas. Tampoco es muy de extrañar que estos grupos se crezcan, vista la simpatía que suscitan en algunos gobiernos. Y el buenísimo papel que les hacen... Besos.

Kurtz dijo...

Juan: lo peor es que ese partido que les sirve de tapadera se nutre de ellos.

Jovekovic: no, las cosas están mal desde hace mucho tiempo. Pero ahora es preocupante, a mi juicio, teniendo en cuenta que estamos pasando una crisis económica que pueden aprovechar para sus discursos demagógicos, como han hecho en otras épocas.

Isabel romana: hay algunos gobiernos, en efecto, que les tienen simpatías. El valenciano, por ejemplo, ha aplicado la táctica de "El enemigo de mi enemigo es mi amigo" desde tiempos de Zaplana y así van las cosas.
Besos.