La niebla

De todos los directores de cine que han adaptado al maestro del terror Stephen King (que no son pocos), sin duda el que mejor lo sabe hacer es Frank Darabont. A él le debemos brillantes adaptaciones como Cadena perpetua o La Milla Verde. Y, hace poco, La niebla (no confundir con la película ochentera de John Carpenter que tuvo un espantoso remake el año pasado titulado Terror en la niebla).

La película está basada en un relato de Stephen King y comienza con una tormenta que azota un pueblo. Al día siguiente llega otro fenómeno natural (o no tan natural): una niebla que envuelve todo el pueblo. La gente queda atrapada en sus casas. La historia se traslada entonces al interior de un supermercado donde han quedado atrapadas unas cuarenta personas que pronto descubren que en la niebla se oculta algo espantoso que les devorará si se atreven a atravesarla.

La película cuenta con unos efectos especiales bastante logrados y unas criaturas que dan auténtico pavor (debe ser mi fobia a los insectos y a las arañas), con alguna que recordaba al monstruo de Monstruoso. Los actores también trabajan de forma convincente. Es la primera vez que he visto a Thomas Jane trabaja de forma convincente, aunque quien más me llamó la atención fue la actriz Marcia Gay Harden (gran actriz como también demuestra en The dead girl, estrenada en nuestro país el mismo día que La niebla), que interpreta aquí a una fanática religiosa tan odiosa, que podemos llegar a desear su muerte sin sentirnos mal.

El final merece un comentario aparte (no lo voy a desvelar). Ya unas escenas antes, parece que se nos advierte del tipo de final con esta música (merece la pena escuchar esta canción). Es un final que yo calificaría al mismo tiempo de feliz (a nivel global) e infeliz (a nivel individual de cada personaje). Después de haber visto la película me quedó clara una cosa: ni el fanatismo (religioso o racionalista) ni las armas nos salvarán el día que el mundo se derrumbe.

Sin duda, es la mejor película de terror vista en mucho tiempo. Aunque como en otras ocasiones, el terror simplemente es una excusa para desgranar la esencia del ser humano en una pantalla.