En tiempos de crisis, a gastar en privatizaciones

¿Qué harías, si fueras presidente (o presidenta) de una comunidad con 497 millones de euros? Camps lo tiene claro: gastarlo en seguir adelante con la privatización de la Sanidad valenciana. Concretamente esa cantidad se va a gastar para adjudicar la explotación del negocio de las resonancias magnéticas en los hospitales públicos para los próximos 10 años. Tres de las empresas privadas beneficiadas (Beanaca, Eresa e Inscanner) ya fueron beneficiadas en el anterior convenio de privatización de las resonancias con una facturación total de 265 millones de euros en los últimos ocho años y cuyo plazo venció el 1 de octubre. Además, todas las empresas beneficiadas son afines al PP.
Fue Eduardo Zaplana quien en el 2000 impulsó el primer convenio de privatización, siendo entonces presidente de la Comunidad Valenciana. Casualmente, el máximo beneficiado fue su amigo íntimo, Carlos Paz Figueroa, administrador único de Beanaca, socio mayoritario en Inscanner y dueño de una clínica privada en Benidorm.
Ahora, Las dos cajas de ahorros valencianas, Bancaja y Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), han participado a última hora en este concurso, en una Unión Temporal de Empresas (UTE), junto con las otras tres beneficiarias. Ambas entidades de ahorro son ya socias, al 50%, en la empresa Ribera Salud, partícipe en el polémico hospital de la Ribera en Alzira, "público" pero de gestión privada. Este hospital fue diseñado exclusivamente por el PP valenciano.
En fin, como ya he dicho otras veces, qué gran pareja harían Aguirre y Camps.