En los últimos meses, los valencianos y valencianas asistimos perplejos a uno de los combates más interesantes en décadas: el que enfrenta a Zapatero con Camps y Rita (y por extensión, con la Comunidad Valenciana). Según publicaba hace días el diario Las Provincias (visto aquí), el Gobierno central, en los primeros veintitrés días de este año, ha ejecutado cuatro ataques contra la comunidad Valenciana, su identidad y sus costumbres.
Los ataques son: la paralización de la prolongación de Blasco Ibáñez por El Cabanyal, el "cierre" de los chiringuitos, la paralización del trasvase Tajo-Segura y la caza con parany.
Por supuesto, se obvia lo obvio. La prolongación de Blasco Ibáñez a costa del Cabanyal supone la destrucción de un barrio histórico como El Cabanyal, un expolio del patrimonio valenciano y un robo de las viviendas para los habitantes de dicho barrio.
Lo del "cierre" de chiringuitos no es tal, sino una regulación de las terrazas ubicadas en suelo público y una aplicación de la Ley de Costas.
Lo del trasvase del Tajo-Segura, en realidad supone rebajar el volumen de la reserva del Tajo. Esto fue una idea de Cospedal en el nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha. Con lo cual, me parece que mucha culpa no va a tener Zapatero en esto.
En cuanto al parany, ya hablé en cierta ocasión sobre esta práctica de caza y me reafirmo: es una práctica abominable y salvaje.
viernes, 12 de febrero de 2010
Zapatero contra Camps, Rita y la Comunidad Valenciana
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