El otro día me llega una carta a casa. Mi sorpresa fue cuando la saqué del buzón y descubro, nada menos, que la solapa del sobre estaba rasgado, como si alguien hubiera intentado abrirlo.
La carta no tenía nada de valor (en términos materiales) pero no deja de ser un intento de violar la intimidad, creo yo. Y si el sobre se rasgó por el camino, entonces me inspira poca confianza el servicio de Correos de este país.
lunes, 1 de febrero de 2010
Alucino con Correos
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3 comentarios:
Yo he sido repartidor de Correos varios años y créeme que es inevitable que durante la semana alguna carta se entregue algo arrugada, sobretodo por parte de los nuevos o a los que cambian mucho de sección. Otra cosa es lo que dices, que por poder todo es posible, pero me gustaría creer que es un caso aislado, al menos yo nunca supe de nadie que abriera ninguna carta. Sea como sea, siempre puedes quejarte a la oficina, si es algo serio estás más que en tu derecho... aunque te confesaré una cosa, en varias ocasiones intercepté quejas hacia algún compañero y las evité, en cambio hablé con las personas en cuestión en vez de delatarlas, es un trabajo que puede llegar a ser muy estresante y puedo empatizar a día de hoy con todos los carteros del mundo :)
Hombre, no será todos los días ¿no?. No seas tan duro, un fallo de vez en cuando es admisible. Abrazos.
Orlok: Sí, yo también quiero pensar que es un caso aislado. Pero no puedo evitar pensar en casos (que los ha habido) de carteros que se dedicabana robar el contenido de las cartas que repartía.
Dezaragoza: Con mi intimidad no tolero "fallos".
Abrazos.
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