El Bioparc (un zoológico promocionado como un "no zoológico") iba a ser uno de esos proyectos cero. Y digo "iba" porque al final nos cuesta dinero público como todas las grandes obras. La verdad es que era necesario un nuevo zoológico, viendo las condiciones de estrechez en las que vivían los animales en el antiguo zoo. No en vano, muchos animales tuvieron que ser reeducados para que se pasearan por todo su nuevo hábitat en el Bioparc, y no dieran pequeños paseos en círculo a los que estaban acostumbrados (lo que demuestra, una vez más, que también los zoológicos son una forma de maltratar animales).
Sin embargo, la mala planificación, como siempre, ha sido la que ha convertido un proyecto interesante (aunque a mí me da igual si tenemos un zoo en Valencia o no; prefiero que no) en una chapuza financiera.
El ayuntamiento valenciano, de los más endeudados de España, decidió hace unas semanas inyectar 45,6 millones al Bioparc, proyecto de la empresa Rain Forest Valencia. El crédito se reparte entre tres instituciones: el Instituto Valenciano de Finanzas (9 millones), Bancaja (20,7), Caixa Catalunya (8). Los 7,7 millones restantes los pone encima de la mesa el BBVA. Además, Barberá también regalará 298.000 euros al Bioparc para publicidad.
¿Por qué? La afluencia al parque es 130.000 visitantes menor de lo esperado, y las obras, que aún no están acabadas, han disparado su coste desde los 38 a los 60 millones de euros. Sin embargo, sorprende el flotador que el ayuntamiento valenciano le lanza a Rain Forest, que está valorada en 18 millones.
Según el convenio firmado entre ayuntamiento y empresa, la inyección sería completamente ilegal teniendo en cuenta que el Bioparc es un proyecto inacabado. La construcción tenía dos fases y sólo se ha acabado la primera. Además el parque de atracciones que iba a convertirle en referente ni siquiera está comenzado. Finalmente, sólo se han construido 700 de las 1000 plazas de autobuses, y faltan sus cabeceras.
El problema del parque se agrava, además, por el alto coste de las entradas (de los 30 a los 50 euros) y el estacionamiento, en principio gratuito, que hay que pagarlo. En suma, el Bioparc ha dejado de ser un gigantesco proyecto del sector privado para convertirse en otra obra a pagar con dinero público.
martes, 16 de febrero de 2010
Rain Forest Valencia y el Bioparc
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2 comentarios:
Para pedir dinero no hay censura en bancos catalanes...
Por supuesto. Ya sabes, donde se meta el dinero...
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