sábado, 23 de octubre de 2010

La pantanada de Tous

Durante los días 19 y 20 de octubre de 1982 se produjeron una gran cantidad de precipitaciones en Valencia. Era la típica Gota Fría, un fenómeno que se suele dar entre finales de septiembre y principios de noviembre (aunque a veces se adelanta a agosto) y que provoca que en dos o tres días caiga una gran cantidad de lluvia en la zona del Levante.
El pantano de Tous, situado en el curso del río Júcar, permanecía cerrado. Se había dado esa orden desde el Gobierno central (presidido todavía por Leopoldo Calvo Sotelo) de que permaneciera cerrado para aprovechar el agua que estaba cayendo y embalsarla. Pero el pantano empezó a llenarse hasta el límite. Cuando se dio la orden de abrir las compuertas era demasiado tarde. No había personal cualificado en la presa. La presa estrenaba un sistema eléctrico de aperturas de las compuertas y no funcionó. Además, se intentó abrirla manualmente, pero prácticamente no se logró, pues la maquinaria estaba muy oxidada (la presa había sido construida en tiempos de Franco, pero nunca había pasado ninguna revisión). El pantano empezó a desbordarse por su parte superior.
A pesar de que desde el Gobierno central se insistía en que la situación estaba bajo control, mucha gente empezó a abandonar sus casas y ha marcharse a los pueblos más elevados, como Navarrés. Finalmente, el día 20, la presa reventó por la presión del agua y una pared de agua se precipitó río abajo.
Sumàcercer fue el primer pueblo alcanzado y donde se batió el récord de altura del agua con nueve metros. Alzira fue la población más importante de las afectadas (hasta allí se trasladaría ese mismo año el Papa Juan Pablo II, que visitaba por primera vez España). Otras poblaciones, como Sueca, se salvaron gracias a que la inundación de dividió en dos al llegar a la Albufera (una parte se desvió hacia la desembocadura del Júcar y Cullera, y la otra se desvió a la Albufera). Sueca quedaba aislada como una isla, pero a salvo.
Murieron más de treinta personas en total, un número afortunadamente bajo para este tipo de desastres. Algunas poblaciones, como Beneixida, se trasladaron totalmente a un emplazamiento más seguro. Del antiguo emplazamiento sólo queda la iglesia. Otras poblaciones, como Gavarda, también se trasladaron, pero parcialmente. En el caso de Gavarda, algunas personas decidieron quedarse en el pueblo antiguo, y finalmente consiguieron que el ayuntamiento del pueblo nuevo les llevara electricidad, agua y gas. El pantano se reconstruyó y olas obras finalizaron en 1994. Actualmente tiene mayor capacidad que el anterior.
Muchas familias, para poder sacar adelante sus tierras y propiedades, tuvieron que pedir créditos bancarios. A pesar de que los políticos (de diferentes colores) han  prometido a los largo de estos veintiocho años que el dinero de esa deuda sería devuelto a los damnificados, muchos siguen figurando como deudores. Tampoco todos han cobrado las indemnizaciones.

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