miércoles, 13 de octubre de 2010

La información que nos viene de Sudamérica

Dejo un par de textos bastante interesantes sobre la información que nos viene de Sudamérica, especialmente sobre Venezuela.

"Cubillas, es cierto, tiene un puesto menor en el Ministerio de Agricultura, empleo que probablemente deba a su mujer, la periodista de origen vasco Goiceder Odriozola, quien ha ocupado diversos cargos en Venezuela, entre ellos el de directora de relaciones institucionales del Ministerio para el Deporte. Odriozola gozaba de alguna influencia política años antes del ascenso de Chávez. ¿La prueba? El diario antes aludido relataba que en 1995 la Policía detuvo a Cubillas por incumplir el trámite de presentarse mensualmente ante las autoridades y no pudo hacer lo mismo con su señora porque tres congresistas acudieron a su domicilio y lo impidieron.

¿Colabora Venezuela con la Justicia española? Hasta el punto de haber deportado ilegalmente a España a dos etarras en 2002. A raíz de aquella acción, Chávez trató de evitar la condena de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos indemnizando a los deportados y nacionalizando a otros cuatro etarras, pero desistió de su propósito por indicación del Gobierno español. ¿Extraditará Venezuela a Cubillas? Pues no, porque el etarra tiene la nacionalidad venezolana y su Constitución lo prohíbe. Sólo podría ser entregado si los delitos que se le atribuyen fueran anteriores a su naturalización, aunque eso no excluye su enjuiciamiento a solicitud de España."

Más en Chávez no ampara a ETA, de Juan Carlos Escudier.

"Hay un país sudamericano donde están censados 32.000 desaparecidos, más que la suma de todas las víctimas de todas las dictaduras del continente juntas. La mayor parte de esos muertos, que ahora aparecen en enormes fosas comunes, fueron asesinados por grupos paramilitares, tolerados y muchas veces dirigidos desde el Gobierno, que se apoyó en ellos para la guerra sucia contra el terrorismo y también contra sus opositores políticos. Hay en ese mismo país cerca de cuatro millones de desplazados y, de colofón, un puesto de honor para la historia: que este Estado puede presumir del 60% de todos los sindicalistas asesinados en todo el mundo el año pasado. ¿El Chile de Pinochet? ¿La Argentina de Videla? ¿La Cuba de los Castro, entonces? No. Estas cosas pasaban en la muy democrática Colombia de Álvaro Uribe. Curiosamente, nadie en la prensa le llamó gorila rojo ni dictador bananero."

Más en El doble rasero, de Ignacio Escolar.

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