Seguridad contra libertad

Tras el intento de atentado en Detroit, donde un terrorista nigeriano subió a un avión con una bomba adherida en su pierna, se ha vuelto a vivir una psicosis antiterrorista de esa a la que tan acostumbrados están en Estados Unidos. Hasta el punto de que el Gobierno eslovaco, para comprobar las medidas de seguridad de los aeropuertos, introdujo explosivos en la maleta de un hombre, sin que lo supiera, el cual llegó a volar a Irlanda, donde fue detenido por la policía de allí.
La última ocurrencia ha sido unos escáneres que "desnudan" a los pasajeros. En Estados Unidos, donde ya se utilizan en algunos aeropuertos, y en países europeos como Reino Unido, Países Bajos o Italia, quieren colocar dichos escáneres en los aeropuertos. Todo en aras de la seguridad.
Y lo peor es que gran parte de la sociedad está a favor de medidas como éstas. Supongo que esa gente piensa: "Estoy a favor de esas medidas mientras no me toque padecerlas". Y poco a poco vamos viendo cómo nuestra libertad es cercenada.
¿Alguien puede decirme a cuántos terroristas se ha detenido con las medidas de seguridad de los aeropuertos? Porque no me suena ningún nombre. Sólo que las medidas fallan cada dos por tres. Cuando fallen los escáneres, ¿qué nueva medida inventarán para robarnos un poco más de libertad e intimidad? ¿Y por qué sólo se protegen los aeropuertos cuando es bien sabido que no son el único objetivo de Al Qaeda, que ha atentado contra embajadas, lugares recreativos o redes de tren, metro y autobuses?
En fin, vuelvo a recordar una vez una de mis citas preferidas: "Quien renuncia a su libertad por su seguridad, no merece ni la libertad ni la seguridad". Por mi parte, no viajaré ni a Estados Unidos ni a ningún país que aplique medidas restrictivas en sus aeropuertos, mientras éstas duren. Y mucho menos, en avión.