El racismo de la sociedad española

España, un país que en su día fue un país de inmigrantes, ahora es un país racista. En Vic (Barcelona), por ejemplo, una localidad gobernada por partidos de derecha (CiU) y por otros supuestamente de izquierdas (PSC y ERC), se niegan a empadronar a inmigrantes ilegales. ¿La excusa? Que no caben más y no hay dinero para todos. ¿La realidad? Que la sociedad española se ha vuelto racista y los intereses políticos y electorales mandan. Lo han reconocido los propios gobernantes de Vic. Esta medida es para ganar votos. Y parece que tiene hondo calado en la sociedad, pues muchos la han aceptado y la apoyan. Incluso otros ayuntamientos, como el de Torrejón de Ardoz en Madrid, gobernado por el PP, han decidido copiar la medida... y se jactan en su página web de haber conseguido que descienda el número de inmigrantes. Y hasta Mariano Rajoy, líder del PP nacional, propone endurecer la ley de la inmigración. Curiosamente, él fue quien aprobó la ley que obliga a empadronar a todo el mundo residente en un municipio, sea nacional o extranjero, sea regular o irregular.
Hay quien dice que se necesita un debate social sobre la inmigración. No lo creo, pero admitiré pulpo como animal de compañía. Sin embargo, lo triste es que este debate lo lleve a cabo la ultraderecha. Porque las medidas xenófobas de Vic y Torrejón han encontrado su calado en la ultraderecha, que las aplaude. El partido ultraderechista España 2000 quiere presentar mociones para aprobar esas mismas medidas en las dos localidades valencianas donde tiene concejales: Silla (Valencia) y Onda (Castellón).
En fin, según el ayuntamiento de Torrejón, estas son medidas "humanitarias" para ayudar a los inmigrantes. Pero lo cierto es que, una vez más, España demuestra que sigue siendo un país racista, que cuando las cosas le van bien quiere tener inmigrantes a los que poder explotar alegremente y, cuando hay una crisis, los inmigrantes ya no son bien recibidos. En mi pueblo eso se llama hipocresía y demagogia.