La noche es nuestra

A finales de los años ochenta, la policía de Nueva York inició una guerra contra los traficantes de drogas. Era una lucha en la que la policía llegaba a perder dos agentes cada mes de promedio.
Este es el ambiente en el que se mueve la película La noche es nuestra (el título es uno de los lemas que adoptó la policía para hacer ver que ganarían la lucha contra las drogas).
Joaquin Phoenix interpreta al propietario de un local nocturno frecuentado por mafiosos rusos. Él trata de mantenerse neutral y lo más apartado posible de esa guerra. Pero tiene un secreto: su hermano (Mark Wahlberg) es teniente de la policía, siguiendo los pasos del padre (Robert Duvall). Debido a que no se lleva muy bien con la policía, tampoco se lleva muy bien con estos miembros de su familia. Pero, tal como le pronostica su padre, tendrá que elegir uno de los dos bandos de esta guerra.
La película resulta bastante interesante, sobre todo en su último tramo. Es un drama policial eficaz, con una buena dirección y unas buenas interpretaciones. El dilema del personaje de Phoenix está bien planteado y, en definitiva, resulta una película entretenida e interesante, algo que no se puede decir de muchas películas parecidas.