Vivimos en un mundo en el que ya no sabemos o no podemos distinguir entre lo real y lo ficticio, entre la verdad y la mentira.
-En los primeros días de la guerra de Irak, una soldado de diecinueve años era apresada por el ejército de Sadam cuando iba en un convoy. Ella se defendió valientemente pero fue apresada. Los marines la rescataron unos días después, en una operación espectacular y descubrieron que fue brutalmente torturada. Ella corroboró la historia hasta que se descubrió que todo era falso. Jessica Lynch, la soldado protagonista de la historia iba en un convoy de suministro y ni siquiera iba armada. El convoy se desvió a causa de una tormenta de arena y sufrió un accidente que dejó malherida a Lynch. Fue rescatada por un médico iraquí que la curó de sus heridas y la protegió arriesgando su propia vida para devolverla sana y salva a los marines. Cuando se descubrió la verdadera historia del rescate de Jessica Lynch, desde la Administración Bush se justificaron diciendo: "Estamos en tiempos de guerra. Comprenderán ustedes que les mintamos".
-Enric Marco dijo haber sobrevivido a un campo de concentración nazi. En los numerosos homenajes en que participó este catalán, contaba con todo lujo de detalles lo que sufrió en el campo. Llegó a presidir una asociación de víctimas de los campos. Pero en el 2005, a raíz de la investigación de un historiador español, confesó que todo era mentira. Su excusa fue: "La mentira surgió en 1978... Parece que me prestaban más atención y podía difundir mejor el sufrimiento de las muchas personas que pasaron por los campos de concentración".
-Tania Head era considerada una heroína en Nueva York. Organizaba visitas a la Zona Cero de la ciudad en las que contaba su terrible experiencia. El día 11 de septiembre del 2001 ella estaba en una de las torres, en el piso 78, donde trabajaba para una consultora. Bajó sorteando el caos, un hombre moribundo le entregó una alianza para que se la diera a su viuda, y su novio murió en el atentado. Una historia tan impactante que presidió la red de supervenientes del World Trade Center. Pero su historia también era falsa. Ni estuvo en la torre, ni trabajaba para la consultora que decía, ni los familiares de su supuesto novio la conocían, ni ninguna viuda recibió una alianza de ningún marido moribundo. Tania Head era, en realidad, Alicia Esteve Head. Su padre y su hermano estuvieron imputados en 1992 en un caso de falsificación documental. Incluso ella tuvo que pagar 600 euros al ayuntamiento por no retirar un aparato climatizador del balcón. Su lista de mentiras fue más allá del 11 de septiembre. Sufría una lesión en un brazo desde hacía muchos años. Decía que fue a causa de un accidente, aunque después dijo que se la hizo en el 11 de septiembre. Incluso dijo haber estudiado en Harvard y Stanford y haber estado en Tailandia ayudando después del tsunami. Todo mentira.
No entiendo el afán de protagonismo de algunos capaces de mentir tan descaradamente, aunque insulten la memoria de otras personas que sufrieron de verdad. Y al fin y al cabo, las mentiras siempre se acaban descubriendo, más en casos tan públicos como éstos. Si no quieres que algo se descubra, no lo hagas.
viernes, 5 de octubre de 2007
Mentiras
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10 comentarios:
La mentira forma parte, a mi entender, del ansia de reconocimiento que todos tenemos, que acentuamos en situaciones especiales, probablemente por afán de protagonismo. Muy humano, ¿no crees?
Me gusta cómo has trabajado este post, que enlazo, como también enlazo tu bitácora en mi blogroll. Gracias por incluirme en el tuyo. Saludos.
Muy humano, sí, pero al mismo tiempo es indignante. Al menos, lo veo así.
De nada, y en todo caso, gracias a ti.
Saludos.
Enric Marco hacía conferencias y todo... se crean una mentira que les gusta, les hace sentir bien, ser participes de algo grande, a fuerza de repetirla se la creen hasta asegurar que ellos estuvieron alli a lo demás... en definitiva son unos hijos de puta, digo humanos.
Supongo que el primero que tiene que creerse una mentira es el propio mentiroso. Y, a partir de ahí, a fuerza de repetirla, que se la crea todo el mundo.
Desgraciadamente la historia de la humanidad está llena de mentiras, de grandes mentiras. En el último siglo las mentiras nos han llevado a muchas guerras.
Me gusta tu blog que enlazo desde ahora. Gracias por enlazarme.
Un saludo
Ese es otro de los efectos colaterales de las mentiras, sobretodo si eres políticos: que provocan mucho dolor y sufrimiento ajeno.
Un saludo y gracias a ti.
Con la mentira de "Tania Head, desde luego me quedé sorprendidísima cuando me enteré, porque las circunstancias que provocaron el 11-S, todo el daño que ha traído y el que está aún por llegar, no me parece ni por asomo, digno de la más mínima burla. saludos.
Desde luego es una historia muy triste que, segura y desgraciadamente, se repetirá en el futuro con otros protagonistas y en otras circunstancias.
Saludos.
Lo peor de todo, en mi modesto entender, es que los medios informativos se desprestigian y pierden fiabilidad, a causa de que no se suele corrobar la veracidad de las noticias que se publican por afán sensacionalista. ¿Cómo podemos creer en el papel escrito si en una ocasión se concedió el Premio Pulitzer a un reportaje falso?.
Hoy en día, es verdad que, paradójicamente, a pesar de encontrarnos en la era de la información (o eso dicen) no se corroboran las noticias. Se dan por ciertas aunque sólo sean un rumor o, incluso a veces, una leyenda urbana.
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