viernes, 28 de enero de 2011

Así trabajan los funcionarios de Justicia de Valencia

Se ha convertido en una práctica habitual entre los funcionarios que trabajan en la Ciudad de la Justicia de Valencia. Allí existe un sistema para fichar basado en la huella dactilar, pero los funcionarios saben cómo burlarlo. Paran en una calle peatonal, entran por la puerta trasera, ponen su huella en el sistema de control y vuelven al coche. Medio cententar de ellos han sido pillados. Se ha generalizado tanto que hasta se forman colas de coches. Algunos llevan en el coche a sus hijos dormidos y preparados para ir al colegio. El dueño de un Audi oscuro entró a las 7:45 y salió un minuto después. En su coche llevaba a varios niños preparados para el colegio. En otras ocasiones, pueden ir dos trabajadores públicos juntos, como pasaba con un Opel Corsa plateado.
A pesar de que la Guardia Civil asume el control de la puerta trasera a las 8:00, el trasiego de funcionarios se incrementa conforme pasa el tiempo. Algunos sí que vuelven a los pocos minutos tras aparcar el coche. Pero otros no regresan. Los hay que incluso paran con bicicletas de alquiler, a pesar de que la estación de bicis más cercana está a trescientos metros. A las 8:30, una funcionaria entró corriendo para fichar. A los ocho segundos salió a recoger su coche. En ese momento, ya había una cola de cinco vehículos cuyos dueños esperaban para dejar su huella.
El cumplimiento de los horarios dependía del ministerio de Justicia hasta que, en 2004, la competencia la asumió la consellería de Justicia de la Generalitat valenciana. Desde entonces, se ha tratado de luchar contra el absentismo sin mucho éxito. Algunos aparatos de control han sido destrozados. De hecho, el control de horarios sólo se ha podido aplicar en las ciudades de la Justicia de Valencia, Castellón y Elche. En el resto de sedes no hay ningún control. En 2006 se implantó el sistema de control por huellas dactilares con gran polémica y rechazo entre los funcionarios y los sindicatos. En 2007, el sistema fue avalado por un juez. Aún así, ya se ve que este sistema tampoco resulta efectivo en un área en la que Valencia necesita más trabajadores que en cualquier otra.
Aquí se puede ver en el vídeo a algunos de estos caraduras.

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