Me gustó esta película griega por su tremenda sensibilidad y por lo ameno de la historia que cuenta, a caballo entre el drama y la comedia.
Narra las peripecias de un profesor universitario de astrofísica, de unos 40 años, que tras 33 años de ausencia regresa a Estambul para visitar a su abuelo enfermo y evocar su amistad de infancia con una chica turca de su edad. En ella el protagonista rememora, en forma de flash back, las enseñanzas que recibió de su abuelo sobre geografía, astronomía y cocina y sobre la importancia de los aromas y los sabores. También aparecen determinados sucesos históricos como la deportación de los griegos de Turquía en 1955, que provoca el exilio de su familia (en Grecia son turcos y en Turquía son griegos), el golpe militar en Grecia en 1967 o la invasión de turca de Chipre en 1975. Todo ello para mostrar el odio entre turcos y griegos, que el protagonista no comparte.
También destaco la metáfora entre la vida y la cocina, algo que me recordó a la también recomendable película británica La joven de las especias.
Técnicamente, en cuanto a guión, fotografía y banda sonora es una película muy bien elaborada. Como muchas de las películas europeas, merece la pena verla si se quiere ver una película sobre personajes que bien podrían ser reales. Muy recomendable.
sábado, 16 de mayo de 2009
Un toque de canela
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2 comentarios:
tienes buen gusto.
esta producción greco-turca me cautivó por lo mismo que a ytí.
además descubrió un secreto culinario de mi mamy. Andaluza, por cierto. Y que me hizo pensar en nuestros orígenes, nuestros mestizajes,y por ende, en nuestra riqueza cultural.
Al final, tendré que tomarme un café con vos.
Excelente, kurtz.
Es verdad que es una película muy cautivadora.
Ojalá, por cierto, atendiéramos más esa riqueza cultural que se asoma por la película. Algo mejor nos iría.
Para lo del café, cuando quieras.
;)
Saludos.
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