miércoles, 20 de mayo de 2009

Razones para ilegalizar a ciertos movimientos de ultraderecha

En el año 2007, Carlos Palomino, un chaval de dieciséis años, se dirigía junto a un grupo de amigos a reventar una manifestación xenófoba de la ultraderecha. Cogieron el metro. Pero allí se encontraba un soldado de veintitrés años, perteneciente a Democracia Nacional, un partido político de ultraderecha. Después de que Carlos Palomino le dijera algo, el soldado le asestaba una puñalada directa al corazón que lo mataba. Viéndose acorralado, se defendió a navajazos, hiriendo a varias personas más. Esto lo podemos ver en este vídeo, publicado por El País.
Las reacciones de diferentes grupos y partidos de ultraderecha a dicho vídeo han sido las siguientes:

-Democracia Nacional: Critican el "montaje mediático" que sirve para criminalizar a su partido y por supuesto, no condenan el asesinato.

-José Luis del Corral: El jefe nacional del Movimiento Católico Español (MCE) y Acción Juvenil Española (AJE) sigue defendiendo al "soldado Josué" frente al "chulito Carlos Palomino". Para José Luis del Corral, el soldado es alguien "sano y limpio" y Carlos Palomino es "un vicioso y un guarro".
Son curiosos los términos en los que se expresa este hombre. Según él, el asesino Josué viaja en el metro con "un modo de vestir nada provocador, ni raro, ni extraordinario: pelo corto, prendas ajustadas y en su sitio, zapatillas deportivas, estilo militar y deportivo, limpio y aseado" (obvia, evidentemente, que en el vídeo se ve como saca la navaja antes de que el tren se detenga en la estación y suba Carlos Palomino). "Estamos ante un acto en defensa propia, frente a unos agresores de la calaña que los hacía especialmente peligrosos". Señalan la "la entereza y la valentía de un soldado español que con sus atributos varoniles bien puestos hizo frente y atemorizó a elementos ultraizquierdistas". "En cualquier guerra, al soldado Josué lo habrían condecorado como un héroe por su comportamiento. Y estamos en guerra (…) La guerrilla urbana ultraizquierdista, ese grupo terrorista que se encontró en el metro de Legazpi con Josué, es la que debe ser desarticulada, detenida, juzgada y puesta fuera de la ley. Ellos son los que iban a reventar violentamente una manifestación legal de un partido legal. Ellos son los terroristas". Pero también lamenta la muerte de Carlos Palomino, "un destino sobrenatural" venido "de forma repentina" cuando "estaba combatiendo los muertos a favor de Satanás y de todas sus pompas".

En fin, la Ley de Partidos que tanto gusta a algunos invocar dice textualmente:

"impidiendo que un partido político pueda, de forma reiterada y grave, atentar contra ese régimen democrático de libertades, justificar el racismo y la xenofobia o apoyar políticamente la violencia y las actividades de las bandas terroristas".

Si justificar un asesinato no es apoyar la violencia que baje Dios y lo vea. Yo no necesito más razones. La ultraderecha defensora de la violencia, los asesinatos y la xenofobia debe ser, utilizando palabras de José Luis del Corral, "desarticulada, detenida, juzgada y puesta fuera de la ley".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo pienso lo mismo pero este país está aún bajo el letargo franquista. La transición se hizo tan mal que sufrimos sus consecuencias. La placidez franquista y la benevolencia de la transición nos lleva a esto.

Irreverens dijo...

Joder, me han entrado hasta ganas de llorar...
;(

Kurtz dijo...

Juan: debe ser eso, porque otra explicación no encuentro. A ver si despertamos de ese letargo.

Irreverens: no es para menos.

Anónimo dijo...

Lo has explicado con una sencillez y una claridad magníficas.

Me sumo a la idea de que en este país nos quedamos a medio camino. Hacemos leyes y pensamos que con qué estén ahí todo está resuelto y se nos olvida que hay que usarlas y aplicarlas.

Salu2

Kurtz dijo...

El problema de la Ley de Partidos es que se hizo pensando en un único problema: el de los partidos abertzales que no condenan el terrorismo de ETA. Pero se olvida el terrorismo de ultraderecha.
Saludos.