Un par de descerebrados

Por la boca muere el pez, una vez más. Y esta vez, para variar, no estamos hablando de obispos:

-Por un lado, tenemos a Antonio Burgos, columnista de ABC. Recientemente ha escrito un artículo llamado Desenjaulemos a Sonsoles, en el que ironiza sobre el artículo publicado por Vanity fair, en el que el entorno de Sonsoles Espinosa, la mujer de Zapatero, opinaban sobre ella. El artículo de Burgos está cargado de machismo, al más puro estilo del periodismo machista que cargaba contra Carme Chacón, Magdalena Álvarez, Leire Pajín o Bibiana Aído. En el artículo se pueden leer frases tales como: "Con el avión oficial yendo y viniendo de gañote a las rebajas de Londres. Con la piscina climatizada para dedicarse a algo tan gratificante como hacer submarinismo en plena meseta. Con Elena Benarroch como primera dama de su corte. Con los aproximados setecientos mil millones de asesores que tiene su señor esposo. Sin tener que pensar qué va a poner de cenar a las niñas cuando vuelvan del instituto. Sin tener que pagar facturas..."; "Estoy desolado con lo que me acabo de enterar de esta pobre señora, Sonsoles, a quien creía la mujer más feliz del mundo, el ama de casa más liberada de preocupaciones, la esposa más realizada, la madre más contenta del orbe católico. Pues no. Doña Sonsoles lo está pasando muy mal en la Moncloa. No sé por qué. Quizá será porque quiere pagarse de su bolsillo los viajes al extranjero para sus gorgoritos en el coro de la ópera, o poner el dinero para la factura de la luz, o ir a Mercadona a hacer la compra, que está la nevera pelada. Esas cosas. Como ya decía El Guerra que hay gente pá tó, hasta hay gente para pasárselo muy malamente viviendo muy por encima de sus posibilidades y a costa de todos nosotros"; "...pagamos de nuestro bolsillo para tener allí convidado a un tío cuatro años, viviendo a cuerpo de rey él y su familia, sin que su mujer, encima, tenga que preocuparse de si hay que comprar jabón para la lavadora, si se ha roto el lavavajillas o si la nevera parece que no enfría bien".

-Otro que parece que no se tomó la medicación cuando se levantó fue Evo Morales, presidente de Bolivia. Y me duele, porque mira que este tipo me caía bien. Recientemente, en una cumbre celebrada en su país, no se le ocurrió otra cosa que vincular la ingesta de productos transgénicos con la calvicie y la homosexualidad (que él califica, además, de "desviación"). Y aunque los productos transgénicos no son muy saludables, vincularlos con la calvicie es una tontería; y con la homosexualidad, una temeridad que incita al odio y la discriminación.