domingo, 11 de abril de 2010

El traje

Dicen que las apariencias engañan, pero en el mundo en que vivimos lo son todo. El traje narra la historia de un inmigrante guineano, obligado a vivir en la calle porque la policía ha precintado la casa en la que vivía, sin que él sepa exactamente la razón. Pero le acaban de reglar un traje y la gente lo mirará entonces con otros ojos.
En su camino se cruza un hombre (genial Manuel Morón) al que llaman Pan con Queso, porque es un timador conocido en la zona. Ambos recorrerán las calles de Sevilla.
A pesar de ser un drama con tintes cómicos, la película no pierde nunca ese realismo que caracteriza al cine social español. Salvando las distancias, incluso, se puede emparentar con la filmografía de directores como Fernando León de Aranoa, Javier Corcuera, o, yéndonos al extranjero (y repito lo de "salvando las distancias"), con Ken Loach o Costa-Gavras.
Una película que refleja esa marginalidad que existe en nuestras ciudades, a la que no prestamos atención hasta que no empieza a "molestarnos" (porque mientras tanto, es fácil cerrar los ojos), relatado de una forma agridulce.

2 comentarios:

Raúl dijo...

Me pasa que el cine social lo tengo muy prejuzgado, en parte por las pocas pelis que he visto de ese tipo, como algunas de Aranoa. Es cierto patetismo el que no me acaba de convencer, y el hecho de que el director quiera transmitir un tipo de sensación en concreto en el espectador, cerrando así otras perspectivas. Vamos, que el fin justifica los medios, que las ideas sociales están por encima de la obra de arte. Sé que no es tan sencillo como ésto, y que es muy difícil criticar eso, pero pelis como ''Princesas'' no me acaban de gustar, son duras sin más, para eso prefiero los documentales antes que al ficción. No me explico, pero sé que me entiendes.


PD: Perdóname por no hablar nada de la peli de esta entrada. Buena reseña.

Kurtz dijo...

Te perdono.
;)

No he visto "Princesas". De todas formas, te diré que a mí si me gusta el cine social. Queramos o no, la mayor parte de la gente prefiere ver ficción (aunque sea basada en hechos reales) que documentales. Así que la ficción también puede retratar la realidad y, además, el mensaje se transmitirá mejor a la gente.