Un nuevo calvario para Camps

El levantamiento del secreto sobre el sumario del caso Gürtel no ha hecho sino traer nuevos dolores de cabeza para Francisco Camps. Así pues, se avecina un nuevo calvario para el presidente valenciano, y esta vez, pocos amiguitos del alma va a tener a su lado.

Gracias a la apertura del sumario se supo que un funcionario designado para la visita del Papa, dimitió ante las corruptelas que se daban en ese evento. José Selva Guillén fue designado por el propio Juan Cotino para organizar la infraestructura de la visita papal. Pero al enterarse de que Canal 9 iba a subcontratar a Teconsa (una constructora perteneciente a uno de los imputados en Gürtel, José Luis Ulibarri) para la sonorización del acto, previendo las irregularidades, decidió dimitir. No denunció los hechos por falta de pruebas fehacientes.

Otros que deben estar temblando son los directivos de RTVV. Lo último que se ha sabido es que Orange Market, la empresa valenciana de la trama, cobró comisiones por ejercer como intermediaria para contratar publicidad institucional de la Diputación de Castellón (presidida por Carlos Fabra, el campeón de las imputaciones) para Canal 9 y Punt Dos (los dos canales autonómicos). Esto se une a las irregularidades en la visita del Papa, a las irregularidades del programa benéfico Gent per gent, o a los viajes contratados con Pasadena, agencia de viajes perteneciente a Francisco Correa.

Aunque lo nieguen, la Generalitat valenciana hacía muy buenas migas con las empresas de la trama corrupta. Incluso existe un informe distribuido por la Generalitat en el que se recomienda contratar empresas pertenecientes a la trama corrupta. El informe podría haberse utilizado para presionar a los abogados de entidades públicas y habría llegado físicamente a los servicios jurídicos y a las direcciones generales de la administración valenciana. Incluso llegó a estar en la Consellería de Turismo y en la Agencia Valencia de Turismo. El texto pudo ser incautado en una caja fuerte dentro de la sede de Presidencia o en el disco duro de tres ordenadores: el de Isabel Villalonga, secretaria autonómica de Política Institucional, el de Ana Michavila, hermana del ex ministro y ex jefa de gabinete de Camps, o el de Ana Brusola, subsecretaria de Presidencia. Isabel Villalonga y Ana Brusola ocuparon cargos de dirección en la Consellería de Turismo.

Por si acaso, las ratas ya empiezan a dejar el barco. José María Michavila ha dejado Elius Abogados para crear su propio bufete. Elius Abogados participó en algunos de los chanchullos relacionados con la trama Gürtel, como la concesión de trece licencias (de catorce) de la TDT en Valencia a Jose Lúis Ulibarri. Su hermana es jefa de gabinete de Camps, con quien le une una gran amistad. Tanta que cuando salió el nombre de Camps entre los implicados en la trama, se produjo una reunión a la que asistieron Fernando de Rosa, vicepresidente del CGPJ; Rita Barberá, alcaldesa de Valencia; Vicente Rambla, vicepresidente de la comunidad; y el propio Michavila, que oficialmente acudió a dar su apoyo al presidente valenciano.

Otro que está "sufriendo" las consecuencias del caso Gürtel es Ricardo Costa, al que de momento, y al igual que Manuel Cobo, el mes pasado le confirmaron su suspensión de un año revisable. Parece ser que su tan ansiada consellería tendrá que esperar.

La rata principal de todo esto desparece cuando le interesa. Francisco Camps aparece en pocos actos públicos (y siempre que esté rodeado de los suyos) e ignora las preguntas sobre Gürtel. Recintemente, por ejemplo, se ausentó sin explicación de la procesión de la Santa Faz, lo que convertía el hecho en la primera vez que un presidente autonómico no acudía a dicha procesión. Curiosamente sí acudió Eduardo Zaplana, el ex presidente valenciano, quien era asiduo de esta procesión hasta que dejó de acudir por su enemistad con Camps.

Quizá no le vendría mal a Campos rezar ante una santa. Porque el Tribunal Supremo ha admitido a trámite el recurso presentado por el PSPV contra el archivo de la causa Gürtel en el TSJV. El 12 de mayo decidirán si se reabre. Y, aunque en caso de que se reabriera volvería al TSJV, esta vez Juan Luis de la Rúa no podría intervenir por su amiguismo con Camps.

Pues eso, se avecina un nuevo calvario y ojalá sea más cuesta arriba que el anterior.