jueves, 3 de julio de 2008

Dos años de silencio por respuesta

Hoy se cumplen dos años del mayor accidente de metro ocurrido en España, con 43 víctimas. Dos años en los que las víctimas han recibido silencio de la Administración pública, ignorados incluso por la sociedad valenciana que prefiere que tengamos grandes eventos a mejores infraestructuras. Una sociedad que sólo se acordó de ellos durante la campaña electoral del 2007. Porque es mejor que en nuestras calles corran Hamilton, Alonso, Raikkonen y compañía, que tener un metro decente.

La tragedia era previsible. Pero claro, ni Rita ni Camps cogen el metro diariamente (y menos la Línea 1). ¿Cómo iban a saberlo? Mejor dejarlo como está. Además, el metro va bajo tierra, nadie lo ve, y menos los turistas. ¿Qué más da si no se arregla? Los maquinistas llevaban dos años quejándose por las malas condiciones de la curva en la que se produjo el accidente. Entre los años 2000 y 2002, la cifra de accidentes de metro en Valencia era de 34 (año 2000), 27 (año 2001) y 24 (año 2002). En total 85 en tres años. En el mismo periodo, en Cataluña se produjo un accidente de metro, otro en Baleares y ocho en el País Vasco. Aun así, nada se hizo por mejorar la obsoleta infraestructura de metro valenciana. Ni siquiera tras un accidente tan grave como el que ocurrió en septiembre del 2005 en Picanya, que se produjo al chocar tres convoys, dejando un saldo de 42 heridos.

Y hoy día las cosas no han mejorado. Ojalá que no, pero a este paso será solo cuestión de tiempo que se repita la historia...
Se ha intentado echar tierra sobre el asunto desde la Administración pública. No hubo responsabilidades políticas (como se hubieran puesto los del PP valenciano si el accidente hubiera pasado en Cataluña). En la mayor parte de los grandes accidentes y catástrofes naturales ocurridas en España ha habido responsabilidades o se ha juzgado a algún responsable: Yak-42 (muerte de 62 militares españoles al estrellarse su avión en Turquía), incendio en Guadalajara (11 miembros de un retén de bomberos muertos), riada de Biescas (86 muertos) o el naufragio de Banyoles (21 jubilados franceses muertos). La comisión que investigó el accidente de metro de Valencia sólo fue un títere de los gobernantes. Duró cinco días, en pleno agosto y se vetó a peritos que iban a declarar cosas que a Camps no le interesaban. ¡Qué diferencia con la comisión de investigación del atentado del 11 de marzo! Y sin embargo, los mismos que ven los "agujeros negros" del 11 de marzo no ven los del accidente de metro. Lo único que importaba era echarle la culpa al maquinista muerto, al único que no podía defenderse.
Hace unos días los familiares de las víctimas del metro fueron invitados al pleno del ayuntamiento en que se discutió una moción presentada por el Partido Socialista sobre el tema para exigir mejoras en el metro y responsabilidades (al final, lo único que se sacó en claro fue que hoy se guardarán cinco minutos de silencio en el ayuntamiento). Los familiares no pudieron entrar con unas camisetas que llevaban.

Otros tienen permiso para colocar sus pancartas en todos los plenos, traten el tema que traten esos plenos.


Quizá los familiares lo que tengan que hacer para que Rita y Camps les hagan caso es echarle la culpa de todo a Zapatero, como ellos hacen. Porque en esta comunidad sólo se hace caso a uno si se critica (mejor dicho, si se insulta) a Zapatero y si se defiende por encima de todo los grandes eventos.
Por cierto, otro que no se queda atrás en eso de dar la espalda a las víctimas es el arzobispo Agustín García Gasco el cual, sabiendo que las víctimas han solicitado hoy una misa en la catedral, ha organizado otra misa a la misma hora en Torrent.
Pero que nadie se preocupe, el 23 de agosto, la Fórmula 1, para la que se han gastado tropecientos millones vendrá a Valencia. ¿Quiénes son las víctimas del metro para ir reclamando nada? Acaso son turistas que ensalzarán la ciudad cuando se vayan; acaso son millonarios que dejarán sus millones en los bolsillos de Camps o Rita. Sólo son pobres valencianos, como todos nosotros. Pero Valencia va bien... si cerramos los ojos.

6 comentarios:

mexes dijo...

¿Canal9 hará una mención sobre el aniversario?

Vaya pregunta más tonta digo yo!

Unknown dijo...

es impresionante k cosas como esta pasen casi desapercibidas, macho

Jove Kovic dijo...

No creas que en Cataluña todo es miel sobre hojuelas.

Kurtz dijo...

Mexes: si acaso, mostrarán los cinco minutos de silencio del ayuntamiento, con Rita en primer plano.

Ad astra per aspera: pues sí, pero pasan desapercibidas.

Jovekovic: por supuesto que no. Pero si el accidente hubiese ocurrido en Cataluña, el PP valenciano hubiera pedido dimisiones en el Gobierno catalán y en el central (como de hecho hicieron durante el caos ferroviario del año pasado). Pero el accidente se produjo en Valencia y nadie se ha responsabilizado.

Sergio dijo...

Esto es un ejemplo más de lo que considero una "democracia desvirtuada", dicho de otra forma, en una democracia real los representantes políticos (mandatarios) reciben un mandato por parte de sus representados, el pueblo, y deben realizarlo procurando su bienestar y su desarrollo. El Estado, en una democracia, no sería el territorio, sino el pueblo, y el político ocuparia el puesto de servidor de este pueblo. El político no puede imponer su opinión al pueblo, no puede limitar los derechos del pueblo, ni puede dar privilegios a una sola persona sin hacer traslativo ese derecho a todo el pueblo.

¿Un ejemplo? Si el fruto del trabajo de una parte integrante de ese pueblo se considera "propiedad" del que lo realiza, toda persona que ejecute un trabajo tiene derecho de considerar ese trabajo como de su "propiedad". De esa forma no solo músico e inventores se verían beneficiados por patentes y demás, también los arquitectos, los médicos, los basureros, los mecánicos, los gorrillas.

Pero si el Gobierno de un Estado Democrático confiere privilegios a una pequeña porción de los integrantes de ese Estado no haciéndolo traslativo a los demás esta generando una nueva "clase privilegiada" que, definitivamente, era como se consideraba a la aristocracia francesa antes de la revolución de marras.

En Valencia, el gobierno decidió que el bienestar del pueblo no es importante, que no es necesario mantener, cuidar y desarrollar las propiedades del pueblo para prestarles un servicio sino que lo que hay es lo que hay. En Madrid, el gobierno ha decidido que la salud del pueblo puede y debe ser privatizada y que si al final el pueblo termina siendo más pobre y la calidad de su atención decae no importa...

Ojalá aparezca alguien que nos abra los ojos respecto a esto porque estamos volviendo, jamás me cansaré de repetirlo, a las estructuras de poder del medioevo.

Un abrazo.

Kurtz dijo...

En Valencia está pasando lo mismo que en Madrid con respecto a la Sanidad.
Lo cierto es que por aquí, nuestros gobernantes miran más por los interese turísticos de la ciudad, que por los intereses de la gente que en ella vive.
Un abrazo.