Ayer me dio por pensar en la muerte (sigo sin entender por qué la muerte y el sexo son los grandes tabúes). Quizá sea demasiado joven para pensar en ello, pero a veces pienso en ello, sin llegar a obsesionarme, eso sí.
Y fue por una imagen que vi. En la plaza de la Virgen, en Valencia, junto a la fuente, una paloma agonizaba. Echada en el suelo, exhalaba su último aliento. Ya casi no respiraba. No sé si cuál fue la causa de su muerte.
Los barrenderos no tardarían en recogerla como un despojo más (aunque la analizarían para comprobar si murió de gripe aviar). Pero la gente pasamos alrededor de ella (lógico, sólo era una paloma muriendo). Y me pregunté cómo seria mi muerte. Si me encontraría abandonado o al lado de las personas que quiero y que querré.
Pero después pienso: "lo que tenga que venir, vendrá". Y me siento mejor.
jueves, 10 de mayo de 2007
Muerte
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2 comentarios:
Yo creo que son los fenómenos más próximos que se dan en la naturaleza humana, precisamente por su condición de absolutos antagónicos: nada es más deseado que el placer sexual y nada más repudiado que la muerte. Uno representa el inicio de todo y otro el final. La religión cristiana- no otras- esconde la muerte, porque si se se generalizara verdaderamente la convicción de que no existe la vida eterna, la función de controlador social que la fe cumple todavía en muchas comunidades organizadas, incluso en la nuestra, desaparecería, con las consecuencias que no es difícil imaginar.
Si se piensa en la muerte es por esa sensación de que se acaba todo, cosa que no es nada fácil intelectualizar. Conjugado, por supuesto, con el miedo a la soledad, que es algo muy humano.
Espero, joven Kurtz, que esta pequeña charla te ayude a comprender las verdades universales de la paz, la armonía, el ying, el yang y el follar todo lo que puedas, aunque te toque en suerte alguien del PP. Naturalmente Gisele sigue siendo mía.
Gracias por tu práctica charla que me ha servido para comprender muchas de esas verdades universales a las que haces referencia.
También yo creo que la religión tiene un poder controlador social que le obliga a esconder qué hay detrás de la muerte.
No te preocupes, Gisele toda para tí.
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