miércoles, 8 de septiembre de 2010

El preocupante racismo que está imperando en Europa

Primero fue la Italia de Berlusconi la que empezó a criminalizar (y continúa haciéndolo) a los inmigrantes. Después ha sido la Francia de Sarkozy. Mañana, ya veremos. Lo cierto es que, como en todas las épocas de crisis, se vuelve a criminalizar a los inmigrantes. Y la derecha sabe que eso da votos, en estas épocas de crisis económicas y políticas. Hay que echar la culpa a alguien. Y antes de mirarse en el espejo, los fachas prefieren mirar al extranjero.
En España, el racismo siempre ha sido un tema preocupante. Hay multitud de ejemplos: la Comunidad Valenciana es líder en cuanto a agresiones de carácter racista o xenófobo (en algo teníamos que ser los líderes). En Cataluña han surgido personajes como Josep Anglada o Alicia Sñanchez Camacho (la cual, aprovecha ahora las expulsiones masivas de gitanos franceses para volver al alarmismo racista de cara a las elecciones catalanas del próximo 28 de noviembre). El PP, por cierto, ha sido el único partido que ha votado en Europa a favor de las deportaciones masivas que está llevando a cabo Sarkozy.
Tampoco se aclaran mucho estos fachas. Primero fueron los musulmanes, ahora son los gitanos. ¿Por qué no lo dicen claramente ya? A ellos sólo les gustan los arios, altos, rubios y de ojos azules. Claro que ese mensaje, como todos los que rodean al resurgir de la extrema derecha racista y populista, es una hipocresía pura: ahí están para demostrarlo los sudamericanos afiliados al partido racista del antes nombrado Anglada o las actividades de José Luis Roberto, líder de España 2000 y asesor de la patronal de clubes de alterne, y su novia, militante de la misma organización, a pesar de ser lituana y presidir una asociación que pretende "integrar" a los lituanos residentes en España.

5 comentarios:

Sergio dijo...

La generación de chivos expiatorios para llibrar de culpa all pueblo es una actividad tan vieja como la religión judía, que tenían la costumbre de cargar las culpas a los lomos de un chivo que luego abandonaban en el desierto.

De allí nace esta costumbre, tan utilizada por todas las especies de ultras y forofos, la demonización del otro, del que es distinto.

Lo más terrible, es que en este mundo el dinero tiene el paso libre por todas las fronteras, a los únicos que se les ponen condiciones es a la gente, cuando debería ser al revés. Las personas deberían poder decidir en que país vivir sin restricciones, mientras que el movimiento internacional del dinero debería ser lo que estuviese vigilado.

Después de todo, las fronteras nacieron del pensamiento primitivo, son un reflejo de la necesidad que tiene el hombre de decir "esto es mío y al que lo toca lo mato".

Un abrazo.

Camino a Gaia dijo...

Creo que a veces nos dejamos llevar por las apariencias. En el fondo, los discriminados, no lo son por ser gitanos o inmigrantes, lo son por ser pobres y encontrarse en una situación de indefensión a veces dada por la situación de ser minoritarios. Pero si los discriminados fueran todos los que no alcanzan una determinada renta per cápita se podría dar un proceso de cohesión, que en otras épocas fue origen de las grandes revoluciones sociales. Es mucho mas fácil lanzar a la masa a un proceso de canibalismo que desvíe las iras de la población de la banca o las multinacionales. Los multimillonarios también son minorías, y parece que en este caso no importa la raza, religión o actividad delictiva. Ni tan siquiera que puedan ser los responsables reales de las grandes crisis, y los parásitos mas implacables y feroces de la sociedad y la naturaleza.

Kurtz dijo...

Sergio: Totalmente d eacuerdo, como ya sabes si has leído mis entradas dedicadas al nacionalismo, a las fronteras y a las patrias.

Camino a Gaia: No te quito la razón. E incluso, esos que defienden el cierre de fronteras para los extranjeros, no les importan que vengan los jubilados alemanes o británicos o los guiris. En cualquier caso, la raza, la etnia e, incluso, la religión o la orientación sexual son discriminaciones muy utilizadas por estas gentes. Así, pueden identificar a sus "enemigos".

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con la opinión de los tres. La ultraderecha fascista aprovecha siempre los periodos de crisis para alentar el miedo y reclamar una seguridad que ellos traerán. Lo peor es que usan los mecanismos de la democracia para asaltar el poder e imponer los valores contrarios de los que se han servido para lograrlo. Lo peor de todo son esas masas que siendo diferentes caen en sus redes creyendo que luego no irán a por ellos. Es necesario descubrir al fascista. Por cierto, José Luis Roberto es íntimo amigo de Eduardo Zaplana, ciudadano de bien europeo del que no se sabe nada últimamente. Algo tendrá que ocultar.

Kurtz dijo...

Señalas bien la amistad entre Roberto y Zaplana. No en vano, mientras Zaplana gobernaba en la generalitat valenciana, Levantina de Seguridad, una empresa privada de seguridad vinculada a España 2000 y a Roberto recibió contratos para vigilar institutos y colegios públicos, en los cuales, los ultras no se privaban de hacer propaganda de España 2000 entre los alumnos. Y esta tendencia de favorecer a esta empresa de seguridad no ha decaido con Camps.