Cuando comenzó el proceso de fusiones de cajas de ahorros para intentar salvar el sistema financiero español, las cajas valencianas empezaron a desaparecer debido a sus respectivas malas situaciones. Bancaja desapareció absorbida en ese pufo llamado Bankia. La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) no encontró con quién fusionarse y, tras ser intervenida por el Estado, fue absorbida por el Banco Sabadell. También el Banco de Valencia fue intervenido por el Estado y ya se rumorea con respecto a compradores del banco. Por aquel entonces, a algunos amigos les dije: "A este paso, sólo nos va a quedar como netamente valenciana la Caixa Ontinyent". Y parece que así es, de momento.
La Caixa Ontinyent ha sido la única, junto a la Caixa Pollensa (de Baleares), que no ha necesitado fusionarse con ninguna otra. Y parece que no le va mal, por ahora. Tampoco ha necesitado ayudas públicas.
Lo que demuestra el caso de la Caixa Ontinyent es que se pueden hacer de otra forma las cosas. La caída de los bancos y cajas de España no ha sido otra cosa que el resultado de la codicia de sus dueños. Sin esa codicia, otros han sido capaces de demostrar que las cosas podían marchar por mejor camino. El ejemplo, pues, deberían estar en Ontinyent; ese es el camino que deberían tomar todos los bancos.
lunes, 12 de noviembre de 2012
Caixa Ontinyent
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