Tras el accidente de metro de Valencia de 2006, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), empresa que gestiona el metro valenciano, se dedicó a ocultar informes que le perjudicaban o, directamente, a manipularlos. Informes que demostraban que la unidad accidentada ya sufrió accidentes previos, inspecciones que demostraban que FGV no tenía planes de emergencia en caso de tener que afrontar una tragedia... Y estos informes desaparecían o eran manipulados como he dicho anteriormente. Ahora, siete años después, vamos sabiendo la verdad.
Hay otros desastres de los que se va descubriendo la mierda antes, afortunadamente para los que lo sufrieron. Recientemente se reveló que el juez que investiga la tragedia del Madrid Arena está investigando a los jefes de la policía municipal por una presunta falsedad documental. La supuesta falsedad documental sería por el cambio de nivel de riesgo declarado para la macrofiesta en la que murieron cinco chicas el 1 de noviembre de 2012. El asunto guarda relación con un documento fechado el 6 de noviembre en el que se ordenó el cambio de nivel de riesgo de medio a alto la noche de la tragedia. Sin embargo, la oficial encargada del evento manifestó que esa instrucción no se produjo.
Llegados a este punto, ¿a alguien le extraña estas falsedades documentales? En el caso de Valencia y en el de Madrid (y en tantos otros) las órdenes vienen de arriba. Hay que proteger al poder cuando algo que podría empañar su gestión ocurre. Y en el caso de Madrid tiene especial relevancia, porque los que podrían haber realizado esta manipulación son los policías, los que supuestamente están para proteger al ciudadano, pero que en realidad solo demuestran ser mercenarios y protectores del poder.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Los mercenarios del poder están para falsear lo que haga falta
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