Durante todos estos años, la Comunidad Valenciana ha gastado (aunque el término más exacto es "dilapidado") millones en proyectos faraónicos que el paso del tiempo, ha demostrado que son ruinosos. Terra Mítica, la Ciudad de la Luz, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el circuito Ricardo Tormo o el aeropuerto de Castellón son algunos de ellos. Todo esto costó millones de euros para ser construidos. Ahora, el Gobierno valenciano no puede mantenerlos y los está malvendiendo.
-El aeropuerto de Castellón ha sido uno de esos despropósitos más conocidos a nivel nacional e internacional. Se inauguró sin licencia de vuelo y esa licencia aún no ha llegado. Se ha convertido en uno de los pocos aeropuertos peatonales desde su construcción. Eso sí, sigue generando gastos como el de publicidad, el servicio de hurones y halcones o los altos cargos que se rascan los huevos en despachos. Recientemente, Carlos Fabra, expresidente de la diputación de Castellón y presidente de Aerocas (empresa pública que gestiona este aeropuerto) anunció una oferta de 200 millones (aunque el otro Fabra, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, la rebajó a 150 millones primero y, posteriormente, a 90). La oferta provendría de un consorcio hispanolibio (¿Libia hecha unos zorros y se interesa por un aeropuerto español sin rentabilidad alguna?). De momento, parece que el aeropuerto para lo que está sirviendo es para que se entrene algún piloto de carreras (otra de las escenas surrealistas que últimamente se viven en esta comunidad).
-La Ciudad de las Artes y las Ciencias fue uno de los megaproyectos para el lucimiento de Calatrava (si es que "lucimiento" y "Calatrava" pueden ir en la misma frase). El presupuesto inicial era de 308 millones, pero ya va por los 1.300 (y eso que el Ágora, un edificio sin utilidad concreta, aún no ha sido terminado). Recordemos además que CACSA, la empresa pública que gestiona este complejo, se vio implicada en la investigación de los pagos a Urdangarin.
Todo apunta a que el complejo será privatizado (el coste hace inviable su venta), con la excepción del Palau de les Arts, donde se representa ópera. Y es que, este edificio genera un déficit difícil de llevar por cualquier gestor privado.
-La Ciudad de la Luz estaba destinada a ser un referente dentro de los estudios de cine. Se presupuestó en cien millones, pero se alcanzaron los 274 millones. Antes de poder venderlos, la Generalitat tendrá que resolver dos conflictos. El primero, referente a una demanda de Aguamarga, gestora de los estudios, por incumplimiento de contrato. La segunda, la multa impuesta por Bruselas por considerar ilegales las ayudas públicas en su construcción, sanción que asciende a 265 millones.
En febrero de 2011 se inauguró, en homenaje a Berlanga (muy apropiado), un edificio de tres plantas y sótano para quince empleados (que costó catorce millones). Dicho edificio permanece cerrado.
-El circuito de Cheste Ricardo Tormo costó, en 1999, 50 millones de euros. Recientemente fue reasfaltado y remodelado, lo que costó un millón de euros. El campeonato de motociclismo que se celebra en su pista seguirá hasta 2016, pero la empresa pública que gestiona el circuito, Circuito de Motor, ha salido a la venta.
Junto a este circuito pretendía construirse el parque temático de Ferrari. Sin embargo, en noviembre se rompieron las negociaciones debido a que ninguna empresa está dispuesta a sumir la totalidad de la construcción del parque, como pretende la Generalitat. Sin embargo, a día de hoy, todavía existe una página web dedicada al proyecto.
-La Universidad Internacional Valenciana (VIU, en sus siglas en inglés), una universidad que imparte sus clases de manera interactiva y virtual, también saldrá a la venta.
Vistas comoe stán las cosas, está claro el objetivo de la política derrochadora y despilfarradora: Gastar dinero público para construir cosas que después gestionaran empresas privadas. Luego nos dirán que no hay dinero para escuelas, hospitales o ayudas a los dependientes.
martes, 22 de enero de 2013
El despropósito valenciano
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2 comentarios:
Y tan despropósito,grandes proyectos que son una ruina económica y que eran innecesarios habiendo servicios básicos que a día de hoy son deficientes.
Y sí,Calatrava y "lucimiento" no pueden ir juntos nunca en la misma frase,jajajajaja.
Desgraciadamente, todo este despropósito derrochador estamos pagándolo nosotros mientras ellos se lo llevan crudo.
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