domingo, 13 de marzo de 2011

"A serbian film": cuando los jueces persiguen delitos ficticios

Recientemente ha sido imputado Ángel Sala, presidente del festival de cine de Sitges por exhibición de material pornográfico. La razón de esta imputación es la proyección en el último festival de la polémica película A serbian film. La Fiscalía de Barcelona, incluso, se planteó imputar al director de la película (el serbio  Srdjan Spasojevic), pero lo desestimó por considerar que las leyes antipederastia varían según el país.
A serbian film trata sobre un ex actor porno que recibe la oferta de un director de volver a ese mundo a cambio de una gran cantidad de dinero. Conforme se desarrolla el rodaje de la película, le irán exigiendo al protagonista actos cada vez más degradantes y cargados de violencia sexual. La película tiene dos escenas concretas que han generado la polémica e iniciaron una denuncia por parte de una asociación católica: una escena en la que un hombre ayuda a una mujer a parir a un bebé al que luego viola; y una segunda escena en la que un hombre viola a un niño que, SPOILER, resulta ser su hijo FIN DEL SPOILER.
Bien. ¿Tiene razón de ser este esperpento? NO. La película A serbian film no es pornográfica. Quien considere A serbian film pornográfica es que está muy enfermo. Una película pornográfica te tiene que excitar. Si alguien se excita viendo A serbian film, que se lo haga mirar.
No es la primera vez, ni la última, que una película causa este tipo de polémicas. Ni siquiera la primera vez que unos jueces investigan un delito ficticio. Tras el estreno de Holocausto caníbal, se investigó las muertes que la película recreaba e, incluso, hubo que llamar a declarar a los actores para comprobar que no habían sido asesinados. Saló o los 120 días de Sodoma también causó polémica porque los actores que interpretaban a las víctimas de toda clase de abusos y humillaciones sexuales "parecían" menores de edad. Incluso recientemente, la película Hounddog causó polémica porque la niña protagonista (interpretada por la niña Dakota Fanning) era violada.
Hay que distinguir realidad de ficción. Las escabrosas imágenes de violaciones de A serbian film son ficción y como tal deben ser tratadas. Si las imágenes de A serbian film fueran constitutivas de delito, también lo tendrían que ser todas las películas que muestren asesinatos, robos, malos tratos y toda clase de delitos.
Lo sucedido en este país con la película A serbian film (que un juez ya había suspendido cautelarmente en otro festival español, creo que en San Sebastián) es un capítulo más en la censura que en este país se está aplicando contra las películas de terror, algo de lo que ya vimos otro esperpento en la censura de Saw 6.
A serbian film puede ser una película enfermiza, no lo niego (a pesar de lo cual, me gustó, y me considero normal). Pero no deja de ser ficción. Nadie siquiera va a convertirse en pederasta por verla. Pero si este precedente se asienta en la judicatura española y se convierte en moda, pronto se podría juzgar a los responsables de película donde aparezcan niños desnudos (se me ocurren película como Plenilunio o El niño con el pijama de rayas) u otras tan inocentes como La milla verde, Tiempo de matar o, incluso, Secretos del corazón.
A lo que deben dedicarse los jueces es a perseguir a los criminales reales, empezando por los corruptos que nos gobiernan, y dejar de promover de forma tan descarada la censura.


Por último, recomiendo leer esta columna escrita para ADN por Miqui Otero, titulada Manos rojas y del que extraigo lo siguiente:

"

1. Que le arrebaten el Premio Nobel al señor William Faulkner. El muy depravado evocó, en Santuario, la bucólica escena de un tipo violando a una virgen, "algo casquivana", con una mazorca de maíz. Es más, que, como si fuera Trotski en la famosa foto, lo borren de las instantáneas que se le hicieron cuando le entregaron el galardón


2. Que retiren de inmediato todos los ejemplares de La familia de Pascual Duarte. Desde aquí transmitimos las más sentidas disculpas a Marina Castaño, pero eso de que un cerdo se coma las orejas del pobre Mario, un hijo más del pecado, no debería llegar a las mesas de nuestros institutos.

3. De Pier Paolo Pasolini habrán dicho que es un intelectual de alto quilate. Sin embargo, las descarriadas aberraciones sexuales de Saló, incluso esa tendencia a comer excrementos, está fuera de to do canon de buen gusto. Proponemos retirar los DVD de todos los centros comerciales. Asimismo, no quedarán inmunes otras vacas sagradas como Clint Eastwood, que le plantó aquel morreo a una niña pre-púber en El seductor.

5. Arengamos, también, a la quema de títulos de dudoso gusto como Matar a un ruiseñor, clara alusión a nuestro añorado (pausa de nostalgia teatral) Joselito. "


Y estos son sólo unos ejemplos, que pronto descubrirá algún iluminado a Lolita.

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