Los legionarios del sexo

De todos los casos de abusos sexuales en la Iglesia católica y en sus grupos y sectas, el que más me ha sorprendido y escandalizado es el caso de los Legionarios de Cristo (secta con la que el Gobierno valenciano tiene buenas relaciones) y los abusos sexuales perpetrados por su fundador, Marcial Maciel (protegido, por cierto, por Juan Pablo II).
Maciel, por lo que se ha sabido ahora (en realidad, desde siempre, aunque el Vaticano haya abierto los oídos ahora) abusaba sexualmente de toda persona que se ponía delante (principalmente niños, incluido uno de sus hijos). Incluso, mantenía a unas 900 mujeres como esclavas. Mujeres sin voluntad, explotadas, aisladas (sólo podían recibir visitas de sus familias quince días cada siete años). Eran mujeres jóvenes de familias adineradas de Estados Unidos, Méjico y España. Debían entregar todos sus bienes y, el día 10 de marzo, cumpleaños de Maciel, debían entregar un cheque por valor de 250.000 dólares. Y a pesar de ser homosexual (o eso decía), se acostaba con esas mujeres para dominarlas. Lo hacía con asco, pero el objetivo le valía la pena.
Vamos un hombre que iba para santo y que no lo era precisamente (y con historias parecidas los hay algunos, santos me refiero).
"Mi nombre es Legión, porque somos muchos", le respondió un demonio, a través de un poseído, a Jesucristo, según un relato de la Biblia. Quizá sea verdad y realmente sean muchos.