De fallido intento de fusión entre Unicaja y Cajasur (y que terminó con ésta última intervenida por el Banco de España), hay un enigma que me llama poderosamente la atención: ¿por qué la Iglesia se tiene que dedicar a los negocios especuladores?
Echando un rápido vistazo a las noticias que sobre Cajasur se publicaban, la entidad, como cualquier otra entidad de este tipo, tenía muchos negocios en el ladrillo (era la quinta caja con más peso en activos inmobiliarios), lo que terminó hundiéndola, como a tantas otras.
A Cajasur, sin embargo, no le interesaba fusionarse con Unicaja (ya se sabe quienes gobiernan en Andalucía: los malvados progres sociatas). Por ello, en todo momento, hicieron lo imposible por boicotear las negociaciones. Eso sí, desde la Iglesia, toda la culpa es de Unicaja.
En fin, que en estos negocios (y más si se mete la Iglesia) hay muchas claves ocultas. Eso sí, va haciendo falta una segunda venida de Jesucristo, a ver si vuelve a expulsar a los mercaderes.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Los asuntos espirituales de la Iglesia
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2 comentarios:
¡JA! Con la Iglesia hemos topado... por enésima vez.
¿Y cuántas veces volveremos a topar con ella?
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