Todavía no he odído a nadie del PP condenar los resultados de las últimas encuestas políticas que les dan una ventaja de nueve puntos en el momento en que Zapatero propuso las últimas medidas contra la crisis (ahora, esa ventaja se ha reducido a algo más de seis puntos, de lo que se deduce que el PSOE pierde votos, pero el PP sigue estancado).
Y es que, algo más de una semana antes, el CIS auguraba una ventaja de poco más de un punto para el PP. A pesar de que el resultado les favorecía, muchos del PP (con Esteban González Pons a la cabeza) empezaron a decir que los del CIS y los que realizaban las encuestas estaban contaminados por el Gobierno y poco más que insinuaban que manipulaban los resultados para que favorecieran al PSOE.
Ahora que las encuestas les dan resultados aplastantes (por cierto, tampoco nadie se queja de un factor, a mi juicio determinante en este tipo de encuestas, el momento político en el que se realizan) no se quejan de partidismo.
En cualquier caso, yo no sé tampoco por qué los políticos le hacen tanto caso a las encuestas. Al final, van a retorcer los resultados en beneficio de sus intereses. En el mundo de la política, eso es fundamental.
martes, 25 de mayo de 2010
Cuando las encuestas favorecen
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