No quería terminar la semana sin despedirme de un grande que nos dejó hace unos días: Jordi Estadella. Lo descubrí de pequeño como presentador de algunos de los éxitos televisivos de la época.
Desde aquí un cálido y merecido homenaje para una persona que, aunque se vaya, no morirá nunca.
Gracias, Jordi.
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