Boicot

En democracia la crítica es legítima, por supuesto. También todas las opiniones y críticas son (o deberían ser) aceptadas. Pero sucede que algunos no están por la labor de seguir las reglas democráticas.
Ayer, Zapatero estaba de mitin en Elche. Desde el blog Trajes para todos, se denunció que diputados del PP de Elche estaban alentando, desde sus cuentas en Facebook, al boicot contra el acto. Incluso se dice que desde el PP de la Comunidad Valenciana se iban a fletar autobuses para que la gente pudiera acudir al acto, pero no precisamente para apoyar al presidente del Gobierno.
Finalmente acudió gente al acto, tanto simpatizantes como detractores del presidente. Los primeros fueron mayoría. Los segundos no pasaron de algunos cuantos. Incluso los autobuses ni siquiera salieron por falta de gente.
Como he dicho al principio, en democracia la crítica está perfectamente legitimada. Sin embargo, cuando un partido político promueve el boicot contra un acto político de un rival, esa crítica queda automáticamente deslegitimada. Hubiera sido muy diferente si los diputados del PP ilicitano no hubiesen alentado el boicot al acto. Se hubiera mirado de forma diferente a esa gente que protestaba contra Zapatero, fueran diez, doscientos o un millón.