El rumbo de la sociedad

Hoy quiero destacar dos cartas escritas por lectores de XL Semanal, el suplemento dominical del diario La Provincias. Me resultan muy interesantes porque destacan dos aspectos importantes e inquietantes de la sociedad actual.

-La primera carta la firma María Arenas, de Málaga:

Contradicciones e hipocresía

Miro alrededor y veo: hippies que fuman tabaco de multinacionales, políticos comprometidos que roban, nazis con los ojos marrones y morenos, liberales que imponen su pensamiento cual dictador, gente que protesta contra el aborto y no contra los muertos que el uso del condón en África solucionaría, un país democrático presidido por un rey, estudiantes con ideas revolucionarias callados por el conformismo, periódicos partidistas que cambian de opinión cuando se mete el dinero de por medio, fascistas racistas aplaudiendo a inmigrantes en el estadio de fútbol, punkarras con padres adinerados que les garantizan un futuro, ecologistas con coches, cristianos generosos y antiidólatras que pasean por las calles con sus Vírgenes bañadas en oro, feministas en acción que se tapan los ojos ante la prostitución obligada, padres que dicen querer a su familia, pero prefieren el tabaco y la abandonan... Contradicciones e hipocresía están a la orden del día. Es imposible seguir un camino siempre, porque está lleno de contradicciones, y ahora voy a comprarme ropa al Breska. Firmado: una roja anticapitalista.

-La segunda carta la firma E G, de Bilbao:

Algo tendrá para ser rechazada

Mi hija tiene 13 años y acude a un colegio católico, en el centro de la ciudad, de los denominados "de bien". Mi hija ha llegado a casa con todo el uniforme lleno de tiza porque sus compañeras la han acribillado con los borradores de la pizarra; la han llamado a casa para reírse de ella y decirle "puta empollona" porque se queda en casa haciendo los deberes; no dejan que haga amistad con otras niñas de otras clases, ya que es una "marginada de mierda" y una chivata que todo lo cuenta (a nosotros y a su tutora). Su tutora nos dice que tiene las manos atadas porque no cuenta con el apoyo de los demás padres. Padres que no se creen que esto sea así y que algo tendrá mi hija para ser rechazada de esta manera, Mi hija es fuerte y, de momento, con nuestro apoyo, lo está sobrellevando. Si algún día, Dios no lo quiera, no pudiera más, entonces sus compañeras le pondrían velitas y flores... Y en esta historia no hay latinoamericanos, ni marroquíes ni rumanos a los que achacar este comportamiento. ¿Qué nos está pasando?