Hace 22 años

A las doce del mediodía de un 12 de enero de 1986, en un hospital de Pamplona, nacía un servidor.
Fue un año marcado por las tragedias del transbordador Challenger (que explotó nada más despegar) y Chernobil (la central nuclear ubicada en Ucrania y que sufrió un escape radiactivo después de la explosión del reactor).
Murieron aquel año personajes ilustres como Borges o Cary Grant.
El Óscar a la Mejor Película fue para uno de los mejores relatos antibélicos realizados en el Séptimo Arte: Platoon.
En España, Pilar Miró era nombrada directora general de RTVE.
Manuel Fraga dimitía como presidente de Alianza Popular. Felipe González era reelegido como presidente del Gobierno. Y además, ese año, entramos en la Comunidad Económica Europea, junto a Portugal.

Ahora ya han pasado 22 años. Siempre me ha gustado el 22, ha sido mi número de la suerte, y espero que este año sea así, un año de suerte (no sólo para mí, para todos).
El regalo que he decidido hacerme este año a mí mismo ha sido recuperar mis recuerdos de infancia. Recientemente, los hijos de una prima mía (de siete y tres años) descubrieron las bolsas en las que se guardaban los juguetes de Lego de mi infancia y que tenía prácticamente olvidados (tengo toda una ciudad hecha con esas piececitas, me encantaba). El verlos allí jugando con juguetes que par ellos eran nuevos, me devolvió por unos instantes a esa infancia que no está perdida, pero sí oculta.
Lo mismo me pasó ayer con una nick que vi en el Messenger y que me permitió recuperar una serie que de niño me encantaba. Curiosamente esta serie fue censurada en muchos países por ser considerada demasiado "roja": era Alfred J Kwak. Para quien no la conozca, básicamente trataba de un pato cuyo padre era un topo y tenía por novia a una pata negra (el pato,no el topo). Además, luchaba contra un cuervo, siniestramente parecido a Hitler (de hecho, se llamaba Dolf), del que fue amigo en la infancia. Recuerdo que me encantaba tararear tanto la canción de inicio ("Salpica, chapotea, feliz en el agua, no esperes que salga...") como la del final ("Me siento muy feliz, feliz, muy feliz. Hoy me siento tan feliz que no hay penas en mí"). Por no hablar de Chip y Chop: los rescatadores.

Qué tiempos aquellos en que no teníamos ninguna preocupación. En fin, 22 años ya...

PD: una pregunta dirigida a la SGAE. Esta noche me van a organizar mis amigos una fiesta. El Cumpleaños feliz no está protegido por el canon, ¿verdad?