lunes, 23 de febrero de 2015

Frikis en busca de quince minutos de fama

En los años noventa, un buen friki que quisiera sus quince minutos de fama solo tenía que aparecer en programas de telebasura tipo Crónicas marcianas. Después llegaron los frikis que se acostaban con famosos o personajes más o menos públicos (el máximo exponente es Belén Esteban). Y por último llegaron los concursantes de programas de la mal llamada telerrealidad (en esta categoría, el máximo exponente son los concursantes de programas como Gran Hermano). Pero ahora está desarrollándose un nuevo tipo de friki, alrededor del mundo de la política. Y como los frikis siguen la moda, y la moda política actual es meterse con Podemos, estos frikis se dedican a hacer el ridículo a costa de meterse con Podemos.



La primera de estas frikis es la más reciente: María de las Mercedes Pérez, alcaldesa de Redueñas (Madrid) por el PP. Esta alcaldesa sorprendió hace unos días en una entrevista en el diario ABC al decir que fue alumna de Pablo Iglesias (el líder de Podemos) y que éste la suspendió tres veces por su estética, por llevar "perlitas", lo que le ha valido tal sobrenombre. Las acusaciones de Mercedes Pérez se desmontaron al día siguiente cuando apareció en varias televisiones dando su versión. Especialmente significativa fue su aparición en 13TV, un territorio amigo para ella y sus intereses, donde reconoció que en realidad Iglesias solo la suspendió una vez y que ella ni siquiera había visto el examen en la revisión. Quizá leyendo sus tuits uno pueda darse cuenta de por qué suspendía realmente esta mujer.




Otro de esos frikis lleva tiempo dando vueltas. Se trata de Alberto Casillas, el camarero que se hizo famoso al proteger de la policía a unos manifestantes que se habían escondido allí durante los disturbios del 25-S.



El año pasado ya intentó reventar una conferencia de Pablo Iglesias en el Ritz, y hace unos días intentó lo propio en una rueda de prensa de Juan Carlos Monedero. Este hombre despotrica contra Podemos porque sus líderes asesoraron al Gobierno de Venezuela. Resulta curioso que reniegue tan furibundamente de Venezuela cuando él mismo ha participado en homenajes a Chávez.



¿Será un caso de trastorno bipolar o hemos de pensar mal?

Tanto en un caso como en otro (y en más que aparecerán) yo me decanto por pensar mal. ¿Qué intereses pueden llevar a estas personas a ponerse en ridículo? ¿Los quince minutos de fama de los que hablaba Warhol? ¿O será el miedo que tiene la casta, que ya está creando monstruos?

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