La semana pasada, en un día, retrocedimos décadas gracias al Gobierno. En un día, el Gobierno hizo valer su mayoría absoluta para rechazar la dación en pago, la Justicia universal (dejando en el aire decenas de causas abiertas por la Justicia española en medio mundo, desde Guatemala y El Salvador hasta China, pasando por el Sáhara Occidental o Irak), y la ley actual del aborto (con lecciones de hipocresía incluidas, a cargo de Celia Villalobos; al menos el resto del partido va de frente en este tema).
Lo peor de todo no es que con el Partido Popular estemos retrocediendo en el tiempo en todos los frentes hasta la época de "extraordinaria placidez" de la dictadura. Lo peor es que se lo estamos permitiendo. Como ciudadanía ya sabíamos lo que nos venía encima cuando fueron votados. Que Rajoy haya aguantado dos años, que lo vaya a hacer durante dos más (y esperemos que pare ahí la cosa), es algo que como sociedad nos debemos reprochar. Sí, salir a la calle a protestar, correr delante de la policía como antiguamente delante de los grises, está bien. Incluso se logran ganar batallas, como en el Gamonal o la marea blanca. Pero ganar batallas no es ganar guerras. Las oscuras golondrinas volverán y nos pillarán desprevenidos, como ahora.
Este retroceso temporal al que nos están sometiendo puede provocar daños irreversibles si no lo cortamos de raíz. Es por eso que, como ciudadanos, nuestro deber es rebelarnos y levantarnos. Pero rebelarnos en serio. Porque de nada sirve que conquistemos derechos sociales si después acabamos votando como borregos a un emulador del enano con bigote para que gobierne.
lunes, 17 de febrero de 2014
Retrocediendo en el tiempo
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3 comentarios:
en esta legislatura la sensación de regreso al pasado es completa. No sé si aprenderemos, hay muchos tics dictatoriales, de sometimiento arraigados. En gente letrada entre la que me muevo es vergonzoso el borreguismo y el plegarse al pequeño cacique que no vale un duro, mientras sigamos así esto no cambiará
Llevamos retrocediendo desde hace dos años y lo que nos queda... Besazos.
Ana: Cuánto daño hicieron los años de la dictadura. El arraigue en la sociedad española y en su ADN sigue siendo terrible hoy día.
Isabel: Pero no nos resignemos. Sigamos gritando y no nos rindamos.
Besazos.
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