En Valencia se ha presentado una nueva ordenanza que seguramente acabará aprobándose prohibiendo ocupar plazas como la del Ayuntamiento o la de la Virgen (esta última recordemos que acoge las concentraciones de las víctimas del metro prácticamente desde que comenzaron a salir a la calle, hace casi ocho años). En Madrid se pretende hacer lo mismo con respecto a la plaza del Sol.
A nadie se le escapa que Madrid y Valencia son feudos del PP desde los años 90. Y que según todas las encuestas, el PP podría perder esa mayoría absoluta de la que disfruta en ambos feudos. Por eso, el miedo les obliga a reaccionar sacando su vena fascista. ¿Que el pueblo no les va a votar? Pues limitemos su expresión. Que no puedan manifestarse.
Ante estos ataques contra nuestra libertad de expresión solo cabe una acción: la desobediencia civil. Si nos prohíben protestar, debemos seguir saliendo a la calle y seguir gritando. No deben salirse con la suya los que pretenden doblegarnos por la fuerza del silencio.
Nos tienen miedo porque su carácter es antidemocrático y porque no sirven al pueblo. Y no hay más. Y esto debe hacernos reflexionar y rebelarnos.
martes, 18 de febrero de 2014
Miedo a la expresión del pueblo
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