Buda explotó por vergüenza

Dentro del más que recomendable cine iraní de la última década, creo que merece un lugar privilegiado la película Buda explotó por vergüenza (el título hace referencia a la voladura de los Budas gigantes de Bamiyán por parte de los talibanes).

La película, ambientada en el Afganistán de los talibanes, narra la historia de una niña de unos cinco años que se decide a ir a la escuela para aprender cuentos e historias (las mujeres tenían prohibido casi hasta salir de casa). La niña pasa toda una odisea para intentar cumplir su objetivo.

Y ahí es donde reside la angustia que transmite la película al espectador (porque esto no es una comedia, por si alguien dudaba). La niña parece alejarse cada vez más de ese objetivo de ir a la escuela, pero en su inocencia (que aquí se muestra, sin duda, como la madre del atrevimiento) no parece percibirlo. Por otro lado, también se muestra a un grupo de niños jugando a las guerras e imitando a sus mayores. Estos niños nos muestran la evolución de los últimos años en Afganistán, ya que primero juegan a que son talibanes deteniendo a infieles y después juegan a que son americanos deteniendo a talibanes.

La historia de la niña está narrada desde su punto de vista. No en vano, ella es la protagonista absoluta de la película. Incluso la cámara se pone en su punto de vista y no se levanta si no levanta ella la vista, provocando por ejemplo, que a algunos personajes adultos no se les vea la cara. Otro detalle es que en casi todo el metraje aparece el hueco que en la montaña dejaron los Budas destruidos, quizá como ejemplo del asfixiante fanatismo político-religioso.

La película no es nada optimista en su planteamiento final. De hecho, todo se podría resumir en la frase que le lanza a la protagonista un niño amigo suyo: "Muérete, porque sólo así serás libre".

PD: Ya que en esta entrada he hablado de cine, no me gustaría acabar sin lanzar un pequeño homenaje a un gran actor fallecido: Hasta la próxima, Paul Newman.