A principios de este mes que ya acaba, el ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón presentaba el anteproyecto de reforma penal. Una de las introducciones más polémicas es la de la cadena perpetua revisable (términos contradictorios) para delitos tales como terrorismo, magnicidio, genocidio o determinados asesinatos (a menores de 16 años, a discapacitados, asesinatos múltiples o asesinato tras agresión sexual). Por otro lado, otra polémica fue las nuevas penas para los que se manifiesten o ejerzan la resistencia activa.
De las reformas planteadas por Gallardón se pone a las claras algo muy importante: el Gobierno está más preocupado por cosas que hasta ahora no habían preocupado. La promesa de cambiar el código penal (una de las pocas promesas que el PP ha cumplido, y a medias) simplemente se hizo a golpe de titular, tras algunos asesinato que tuvieron repercusión social.
Por otro lado, el criminalizar la protesta social es simplemente abyecto. Simplemente pretenden callar al ciudadano, que no salga a la calle a protestar, mientras ellos se cargan el estado de bienestar y lo dan todo a sus amigos y familiares.
Si Gallardón quiere reformar el código penal, más valdría que endureciera las penas contra políticos, banqueros y empresarios que roban millones a espuertas y no devuelven lo robado, además de estar en pocos años en la calle (y eso si pisan la cárcel), disfrutando de lo robado.
martes, 30 de octubre de 2012
El código Gallardón
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2 comentarios:
¿Te acuerdas de la yenca? la nueva se baila así: derecha derecha derecha derecha atrás atrás, 1, 2, 3.
Pues sí, eso parece.
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