domingo, 4 de diciembre de 2011

Avatar



Ambientada en el año 2154, Avatar nos traslada a Pandora donde una empresa está extrayendo un mineral vital para resolver la crisis energética en la Tierra. Pero para ello, deben enfrentarse a una tribu indígena. Hasta allí llega un marine condenado a vivir en una silla de ruedas. Participa en el Proyecto Avatar, por el cual un ser humano puede mantener su conciencia unida a un cuerpo nativo y de esa manera infiltrarse entre los indígenas.
¿Qué se puede decir a estas alturas de Avatar que no se haya dicho ya? Ciertamente nada, así que me limitaré a dar mi opinión sobre la película. Como historia, la película carece de originalidad. Ésta es una historia mil veces vista. Hay quien la compara, y con razón, con Pocahontas. Lo único aprovechable del guión es esa moraleja ecologista y de comunión con la naturaleza, que siempre viene bien.
Entonces, ¿por qué me gusta esta película? Simplemente por los efectos especiales. James Cameron, el director, tiene una cualidad que comparten todas sus películas: la innovación en efectos especiales. En Avatar, Cameron consigue ir más allá y crea todo un nuevo mundo. Y ya sólo por eso merece la pena ver la película, dejarse llevar y visitar el mundo de Pandora, aunque no estén de acuerdo conmigo los puristas cinéfilos.

Tráiler.

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