jueves, 2 de febrero de 2012

Hundimientos

Este año se cumple el centenario del hundimiento del Titanic, ese barco "insumergible", y el más grande y lujoso hasta entonces, que, en su viaje inaugural, se hundió tras chocar con un iceberg. Menuda lección de humildad que nos dio la Naturaleza.
A principios de este año se hundía en Italia otro crucero, el Costa Concordia. Y haciendo un ejercicio de imaginación, el hundimiento tiene muchos paralelismos con la situación social que estamos viviendo actualmente.
He de reconocer que nunca me han atraído los cruceros. No entiendo esa necesidad de derroche que suponen, en la mayor parte de los casos. Pero vayamos a la metáfora en sí.
Todos conocemos la historia del capitán del Costa Concordia. Provoca el accidente al acercarse demasiado a la costa para "saludar" y que los pasajeros vean la costa (primer esperpento), se marcha del naufragio en cuanto tiene la primera ocasión abandonando al pasaje a sus suerte (segundo esperpento), y miente sobre dónde se encuentra cuándo le preguntan mientras el barco se hunde (tercer esperpento).
No es ni más ni menos que una gran metáfora. Vivimos una gran crisis provocada por la codicia y las malas prácticas de los grandes bancos y empresas de inversión. Sus directivos se marchan de rositas con millones bajo el brazo. Y cuando les preguntan, culpan de la situación a la gente por vivir por encima de sus posibilidades. Y mientras nadie (ni políticos ni economistas ni banqueros) hace nada el barco o la economía se hunde, poniendo en riesgo a la gente hasta el desgraciado final que han tenido unos treinta pasajeros del Costa Concordia. Y puede que el capitán sea el responsable del accidente y las muertes (y lo es), pero a la empresa, que fue quien lo puso ahí, nadie le dirá nada.
Y para colmo, el accidente del crucero podría provocar un desastre ecológico si se derrama el combustible a bordo. Otra metáfora de cómo la codicia también afecta al Medio Ambiente.

2 comentarios:

albers dijo...

En mi opinión, muy acertado tu comentario. Le agregaría, cuando seamos mayoría (en cada país que nos toque vivir) los que votemos a conciencia.. digo, pensemos en derrotar con nuestros votos, a todos estos dirigentes políticos incapaces, y además corruptos, seguramente comencemos a construir un mundo mejor..

Saludos.

laorejaenelruido.blogspot.com

Kurtz dijo...

Pues sí, entonces ya empezaríamos a ir por el camino adecuado.